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En los últimos años, especialmente esta temporada, el nivel de los extranjeros de la Liga Nacional bajó considerablemente, pero algunos de ellos se encargaron de mantener vivo el fuego del asado argentino, demostrando que los talentos divergentes continúan reinando en la competencia nacional. 

Si antes ese lugar de foráneo más dominante estuvo en manos de Dar Tucker, en la actualidad, por premios y relevancia, ese puesto se encuentra en manos de Brandon Robinson, el norteamericano multicampeón de Quimsa en el último Súper 4 y en la BCLA 2019/20. 

¿Por qué es el mejor extranjero de la Liga Nacional? Los tangibles lo reflejan, los intangibles también. Solidario en el proceso, inteligente para entender su rol, facilitador para el resto y determinante en los momentos complicados, cuando mejor rinde y más liquida a favor de sus compañeros. 

Es el cuarto jugador de la Liga que mayor porcentaje de uso posee (28.8), erigiéndose como el más importante de Quimsa en cuanto a protagonismo, rindiendo por encima de la media entre los extranjeros de su posición en puntos (tercero con 12.1), asistencias (segundo con 2.4), libres anotados (tercero con 2.8) y triples convertidos (cuarto con 1.2 por partido). 

En su equipo también es capataz y sus 12.1 puntos le permiten ser el goleador de un equipo que tiene los puntos bien repartidos, con tres jugadores anotando más de diez tantos y cinco logrando más de siete. Cuarto en robos (0.4), tercero en asistencias (2.4) y quinto en minutos (21.2) son algunos de sus mayores aportes.

Además, es el quinto más eficiente de los santiagueños (19.1) y tercero en porcentaje de asistencias con 20.2%. Otro dato que refleja verdaderamente su relevancia es que se mantiene como el segundo en HOB, una estadística que se utiliza en el básquet para indicar cuántas de las posesiones de un equipo terminan en puntos gracias a la participación de un jugador. Esto puede ser de forma directa cuando anota él o indirecta porque realiza una asistencia. Allí posee un 0.214 hasta ahora.

Esos son los números, pero su aporte va mucho más allá de ellos. Su capacidad para definir en el clutch es algo que ya está demostrado y sus compañeros saben que, a pesar de que en los minutos anteriores resigna protagonismo, es su momento. Los dos MVP en los últimos meses lo reflejan, ganando el premio al más valioso en la BCLA y en el Súper 4 con actuaciones trascendentales.

36 unidades en la final del Súper 4 y 18.3 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias de promedio a lo largo del certamen. 

26 puntos, 5 rebotes, 2 asistencias, 1 robo y 2 tapas que le permitieron cerrar el juego con una eficiencia de +22 en la final ante San Lorenzo. En total, sus porcentajes de tiro fueron de un 66.7% de dos, 50.0% de tres y 62.5% de libres.

A la hora de los cierres Robinson no muestra credenciales a la seguridad, entra sin preguntar. Su única misión es arrasar y a su equipo darle la chance de ganar. Liquidar, contestar, una y otra vez. Para él no hay tal revés, es pura caradurez.  

Ignacio Miranda/ [email protected]
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