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Golden State marcha octavo en la Conferencia Oeste, siendo el campeón defensor y con un núcleo similar al año pasado, pero sin los mismos resultados. La temporada anterior, el equipo de San Francisco finalizó tercero en su conferencia, y en esta nueva campaña las cosas no se están desarrollando de la misma forma. 

En primer lugar, el gran problema que se encontró Golden State fue la imposibilidad de suplir ciertas bajas en la offseason. Jugadores como Gary Payton II, Otto Porter Jr, Juan Toscano-Anderson e incluso Nemanja Bjelica, de menos importancia pero que siempre podía aportar en el sistema como roller y en el papel de Draymond Green si el #23 no estaba presente. Casi a nadie de estos ha podido encontrar un reemplazo acorde, que encima eran piezas claves de la rotación. Con Payton, Golden State encontró un individuo clave como lo es Donte DiVincenzo, quien no sólo es un defensor perimetral en el point of attack, defendiendo a las estrellas que más tienen el balón, sino que encima aporta tiros de tres puntos y energía para correr la cancha. Luego de él, los Warriors no han podido encajar las piezas de la forma que deseaban.

Por ejemplo con Moses Moody; en la franquicia han buscado darle el rol que tuvo Otto Porter y Andre Iguodala previo a la llegada de Durant. Ser un tirador, pero además poder defender varias posiciones y ser versátil en el switch, materia que los Warriors implementaron y ahora equipos como Boston, Toronto o Miami suelen utilizar más que ninguno. El jugador de segundo año no está dando la talla en ninguno de los apartados, pero tampoco es su culpa. Jonathan Kuminga, a quien Golden State ha puesto en el rol de Juan Toscano, pero con más protagonismo con balón y para ser agresivo al anotar, también está teniendo un período irregular. 

Y es que el gran problema de Golden State es su segunda unidad. Los titulares tienen los mejores registros de toda la liga, entre quintetos de al menos 200 minutos disputados juntos. Por ejemplo, lideran en rating ofensivo, están quintos en rating defensivo y son, en términos de rating neto, la mejor alineación de la NBA. Todo esto cambia cuando vemos el impacto de los suplentes. Para empezar, en Rating de Eficiencia, los Warriors se ubican en el top 10 de las peores segundas unidades. El problema más grande es el defensivo, más que nada por la constancia. 

Si bien Moody, Kuminga, Iguodala cuando juega y DiVincenzo son buenos defensores, la inconstancia (por la juventud) de los primeros dos, junto a lo que se ha visto de James Wiseman, es lo que hunde a los Warriors a veces. Donte tampoco es constante en términos ofensivos, y no existe un balance constante en ambas categorías. Lo mismo pasa con Iguodala a esta altura, y tanto Lamb como Ty Jerome tienen problemas en los dos costados. Están #1 en Rating Neto en su quinteto inicial, como dijimos, pero bajan al puesto #22 como equipo en la temporada. Y su producción ofensiva es buena, dentro del top 8 en puntos de la banca, en parte por el trabajo de Jordan Poole.

Golden State jamás enviaría a Klay Thompson al banco, pero quizás es la mejor opción. Con Poole teniendo mejores promedios de puntos, % de campo y de triples que un All-Star como Morant cuando es titular, quizás el aporte defensivo y veterano de Klay desde la banca podría aportar un mayor balance a la inexperiencia. Además, los Warriors necesitan desesperadamente un base que controle el juego sin contar a Steph. Dominar el tempo del partido en la segunda unidad daría grandes beneficios, y un veterano en el mercado (quizás Goran Dragic dado el momento de Chicago) ayudaría a reducir las falencias mostradas hasta ahora.

La mejor rotación de la liga está en manos de Boston, que tiene la mejor defensa y ataque desde el banco. Golden State tendrá problemas para imitar la infraestructura de los Celtics, ya que sus veteranos no serán fácil de traspasar, pues su valor es muy pequeño para tener una mejora significante, y traspasar a sus jóvenes con Steph, Klay y Draymond en los últimos 5-6 años de carrera no sería inteligente, pues jugadores como Poole, Kuminga, Moody y potencialmente Wiseman si encuentra el camino, serán la reconstrucción ya dentro del equipo cuando sus estrellas no estén. Claro, pueden aprovechar el valor de sus tres jóvenes suplentes para conseguir piezas de rotación importantes, pero el costo de ello puede ser un futuro mediocre. Bojan Bogdanovic, Gary Trent, Josh Richardson o Jordan McLaughlin podrían ser piezas excelentes para este roster, pero el precio, cuando un anillo nunca está asegurado, puede costar bastante de cara a la siguiente década en una franquicia que tiene todo para seguir entrando a Playoffs y competir al mayor de los niveles.