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"Serás lo que debás ser o no serás nada". Aferrarse al destino, a una misión encadenada de la pasión. La pronunció el General José de San Martín y de sus palabras emanan fidelidad por la causa, confianza en el proceso y paciencia en los resultados. Convertirse en lo que siempre soñó o pasar al ostracismo, una compleja decisión marcada por miles de pequeñas circunstancias.

Seguir al instinto y confiar en el corazón o ser frío y apoyarse en la razón, al tomar el segundo sendero una persona, aludiendo a la frase, tarde o temprano se arrepentirá. Lo primero tal vez tampoco sea nada, quizás sí. Pero es una utopía posible, una quimera que permitirá al protagonista alcanzar lo que siempre imaginó, con pasión y devoción.

“Mi sueño ya lo cumplí que era venir acá. Ahora tengo un desafío y es mantenerme porque quiero jugar varios años acá". No es San Martín, sino Facundo Campazzo y su lealtad hacia el básquet lo llevó hacia lo más alto de la NBA. Pero no está satisfecho, va por más, en busca de gloria, títulos y consagraciones. 

Al llegar nada fue fácil y hasta febrero dejó algunos puntos a mejorar, especialmente en los triples fuera de las esquinas, tiros cerca del aro y la marca ante figuras exteriores. Como es ya una costumbre, el cordobés lijó y pintó sus paredes y en cuestión de semanas dio un salto de calidad en esas situaciones que antes le costaban. 

Quizás el aspecto más impresionante es su tiro de tres en los sectores que no son desde las esquinas. Hasta el 20 de enero el argentino convirtió apenas 4 de los 19 triples intentados, con un porcentaje de 21.1% y siendo asistido en el 75% de esos lanzamientos. 

La situación cambió en febrero, donde Campazzo anotó 12/34 en above the break 3, el nombre que en la NBA les ponen a todos los triples que no se convierten desde las esquinas, a un 35.3%. Es decir, que Facundo está lanzando un 14.2% con un solo mes de diferencia, manteniendo un 30.2% en ese aspecto si se tiene en cuenta toda la temporada. 

Las lesiones le dieron más minutos y el exarmador del Real Madrid respondió con un salto de calidad, otro más en su carrera. En cuanto a las definiciones cerca del aro, Campazzo tuvo que sufrir para adaptarse. Poniendo como punto en suspensión el 20 de enero, llevaba hasta ese momento 1/7 en puntos en la pintura, 1/5 en flotadoras y 0/3 en lay-ups (ataques al aro). 

¿Qué pasó? Otra vez el argentino se adaptó, sobrevivió y evolucionó, convirtiendo en febrero 4/5 en el área restringida y 5/10 en la pintura, anotando todos los puntos desde esa segunda variante por sí mismo, sin necesidad de ser asistido. Además, convirtió dos de sus tres finger-roll y seis de sus nueve lay-ups.

Trae Young, Damian Lillard, Bradley Beal, Collin Sexton. Algunos de los nombres a los que tuvo que intentar detener el argentino en febrero, donde mostró también su adaptación, apostando a la presión y evitando las faltas en exceso. 

Si bien Young es el cuarto jugador que más puntos le anotó esta temporada (siete), el argentino supo molestarlo y obligarlo a tomar tiros incómodos, anotando apenas uno de sus tres triples cuando Campazzo lo marcó (4:16 minutos en total con 13.3 posesiones parciales). Lo mismo Lillard, quien convirtió seis tantos (sexto que más logró ante él), pero lanzó 2/4 de campo y tuvo dos pérdidas.

Collin, por ejemplo, se enfrentó a Denver y Campazzo en dos partidos, en los que el base lo defendió 5:15 minutos (18.2 posesiones parciales) y le permitió apenas cinco puntos, con 2/7 en tiros de campo y 1/4 en triples. 

Por último, Beal también compitió contra Facundo en la misma cantidad de juegos que el de los Cavaliers y anotó cuatro tantos cuando lo marcó el guardia de los Nuggets, sumando 3:18 minutos en el emparejamiento. Apenas anotó 1/3 en tiros de campo y no pudo sacar ventajas contra Campazzo en el poste, algo que también presentó sus dudas al comienzo de la temporada y se sobrepuso rápidamente (solo permite 0.58 puntos a sus rivales según los datos de NBA Latam).

Todo sin hacer faltas en exceso como en los primeros meses de la temporada. El cambio se ve en los totales, no tanto en los promedios. En enero le pitaron 28 infracciones y en febrero esa suma decreció a 19, compensando el poco respeto que le dan los árbitros con prudencia e inteligencia para atosigar a los rivales. 

Tres apartados, tres situaciones en las que Campazzo otra vez volvió a demostrar que nada es imposible para él. Su maldición de Sísifo no existe y sus piedras siempre llegan hasta la cúspide para nunca más caer. Algo inverosímil, un constante renacer. De no creer. De no creer.  

Ignacio Miranda/ [email protected]
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