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Kemba Walker, de 33 años y una interesante carrera en su pasado por la NBA, cerró de momento dicha puerta y puso rumbo hacia la Euroliga, la mejor competencia del mundo fuera de Estados Unidos, para unirse al letal equipo del AS Mónaco en 2023/24.

El base tiene un importante historial de lesiones desde 2019, cuando se unió a Boston Celtics y su carrera empezó a entrar en un declive descontrolado. Walker tiene todo el talento del mundo, lo demostró incluso con Dallas en su cortísima etapa allí en 2022/23, anotando 32 puntos frente a Cleveland. En lo que sí carece el ex Hornets es disponibilidad. Sus constantes lesiones de rodillas lo hicieron inadaptable a un roster competitivo a esta edad. Además, los equipos jóvenes preferirían tener un tercer base con potencial en vez de un veterano, como pasó con Detroit que lo cortó.

El movimiento de Walker es súper interesante, porque además llega al equipo más ofensivo de todo Europa. Su potencial dupla con Mike James, el anotador más prolífico del continente, puede hacer estragos en la Euroliga donde el Mónaco estuvo en la Final Four de Kaunas 2023. Sin embargo, Elie Okobo y Jordan Lloyd son otros perimetrales que pueden tener más sentido junto a James. Ni hablar de Terrry Tarpey, el francés especialista en defensa perimetral.

Si Kemba puede mantenerse sano, su lugar en la alineación titular debería estar garantizado. Dos malos defensores pueden ser un problema para el Mónaco, pero es tan bueno ofensivamente que podrían jugar a anotar más que el otro equipo en un intercambio de golpes constante. Al menos, así es como llegaron a las semis frente a Olympiacos, donde si no hubiera sido por una total desconexión en la segunda parte, quizás llegaban a la final.

Dicho esto, hay que aceptar que es poco probable que Walker aguante toda la temporada, y sus minutos deberán verse reducidos en algún momento. Si no ficha en la Liga de Francia (por el tope salarial) jugar sólo por Euroliga alivianaría esa pesada carga. De todas formas, su rol será el de ser un anotador principal. Si es desde la banca para dar más balance y tener un aporte al estilo Jordan Clarkson en Utah, también podría hacer incluso más daño frente a segundas unidades de un nivel más bajo que la NBA.

La realidad es que muy probablemente el dúo Walker-James inicie en cancha para la apertura de la Euroliga. Durante todo el tiempo que dure el cuerpo de Kemba, posiblemente se vea con menos tiempo de tener el balón entre manos. Sin embargo, esto lo beneficiaría mucho. No sólo al esfuerzo que implica tenerla siempre (caso Doncic, por ejemplo), sino que su tiro externo NBA que hace una década supera el 35%. No es una suma increíble, pero es respetable, más aún considerando que la distancia en FIBA es menor.

Si los 7 partidos de Kemba en el Mundial de China 2019 sirven de algo, es al menos interesante ver que tiró un 38% detrás del triple, además de anotar 14.4 puntos en un roster repleto de estrellas y 48% de campo en general. Eso sí, su mayor daño vino con la pelota dominada, algo que deberá trabajar junto a Mike James, que tuvo un 25.4% de Uso en la ofensiva (más que el 84% de toda la Euroliga 22/23) con el balón en sus manos.

Cambiando los roles, también le puede servir mucho al propio James. Lo que se vio de Kemba en FIBA fue una fenomenal forma de asistir tras penetraciones, bloqueos directos y forzando ayudas. A James, que no estuvo certero en situaciones de aclarados y tiros forzados en general, con un 27.5% en triples sin asistencia y 46.8 de eFG%. Comparando con alguien como Luca Vildoza (35.1% y 50.6% en ambas categorías) la diferencia es abismal.

Tener un socio que cree el mismo descontrol defensivo con penetraciones, algo que no tiene el Mónaco en Okobo o Lloyd, puede hacer de MIke James un tirador sin pelota infalible. Se ve obligado a dominar con balón cada ofensiva, pero la llegada de Walker puede ser ese oxígeno en ataque que tanto necesita para elevar su eficacia a niveles históricos. Cuando jugó en los Nets, en situaciones de catch-and-shoot acertó el 53% de sus tiros, así que el potencial de sacar ese costado existe.

Sin duda hay trabajo para hacer en el Mónaco y quizás el ajuste entre ambos no sea instantáneo. También puede ser que cada uno se adapte mejor a otro socio en cancha durante un tiempo, pero este dúo de grandes anotadores deberá, en algún punto de la campaña, encontrar el ritmo lado a lado para crear una ofensiva imparable. En cualquier caso, el rol de Kemba seguro sea de menos a más si las lesiones se lo permiten.