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Euroliga 2020/21

Las claves de la temporada consagratoria de Bolmaro en el Barcelona

20:03 30/05/2021 | Creció en protagonismo en una de las competencias más importantes del mundo. Los detalles de un rendimiento completamente ascendente.

Bolmaro viene en ascenso en el Barcelona (Foto: Getty Images)

24 segundos para el final del primer cuarto. Enfrente Anadolu Efes y atacando Vasilije Micic, el MVP de la temporada regular (y luego de la etapa decisiva). Excelente defensa sin perder la marca y asistencia a una mano para la definición de Kyle Kuric después de un robo.

Una secuencia que resalta a la perfección el rol que asumió y se robó Leandro Bolmaro en los últimos meses en Barcelona.

Marca seguidor ante las figuras rivales, asistencias para sus compañeros en el puesto de guardia, finalizador en transición y liquidador en la media/larga distancia, todo con una potencia física impropia para alguien de su edad.

¿Le sigue costando en ataque? Eso quedó claro hoy ante el Efes, pero en la otra cuadra estaba el campeón y uno de los más sólidos atrás en la temporada, por lo que era esperable que el argentino tenga baches.

Eso no debe dejar de lado el amplio margen de mejora que aún posee y el trabajo que se pagó en resultados inmediatos, consagrándose como el suplente de Nick Calathes en el equipo de Sarunas Jasikevicius.

Sacando del análisis la final, el cordobés demostró que puede dar el salto al próximo nivel a base de ética y disciplina, dejando en claro que lo suyo no solo es poderío físico.

Lo primero es su confianza en el tiro exterior, pasando de una sequía en el triple en la Euroliga 2019/20 (no anotó en sus 0,8 intentos de promedio), a un 42,1% en la temporada actual, convirtiendo 0,2 de sus 0,6 intentos.

La muestra no es pequeña, especialmente si se evalúan los últimos partidos en los que lanzó 4/10 en los playoffs 2020/21 desde la larga distancia, una suma más que correcta. Naturalidad en la mecánica, fluidez y rapidez, como demanda el básquet moderno.

Lo mismo a la hora de anotar con mayor eficiencia y contundencia. A más oportunidades no rindió peor, sino mejor. Eso se ve en sus porcentajes de tiro verdadero y efectivo, aumentando de unos 27,1% y 21,1% en la campaña anterior a 53,4% y 46,9% en la 2020/21, siempre analizando solo su aporte en la Euroliga.

Agresividad para atacar el aro, explosividad física, aceleración, desaceleración e intensidad sin aflojar nunca la marcha, con un mandamiento que le impartió Jasikevicius en un momento de la temporada: ir a volcarla siempre.

Así lo demuestran sus tipos de salto. Según un informe de Ezequiel Lavayen para el Método CABB, en el que se analizó esta cuestión en algunos de los principales jugadores del seleccionado argentino U19 que compitió en Grecia, Bolmaro mantuvo una diferenciación notable frente a otros chicos de su edad.

Por ejemplo, en saltos en banda baja, media y alta, el de Las Varillas logró brincos de 281, 547 y 256 centímetros respectivamente. Números despóticos si se los compara con los de otro que se destacó en ese equipo, que alcanzó 162, 419 y 178, por dar un caso.

Por otro lado, con agresividad controlada, la defensa de Bolmaro también alcanzó una nueva dimensión. ¿El secreto? Presionar sin provocar tantas faltas. Así se notó un cambio rotundo en el que aprovechó su envergadura (2,07 metros) y mejoró su capacidad de reacción para entender cuándo meter las manos y buscar los contactos.

En consecuencia, el cordobés pasó de promediar 2,1 infracciones en la edición 2019/20 de la Euroliga a tan solo 1,3 en la 2020/21, lo que significa una transformación excepcional si se resalta que su cantidad de minutos en el certamen no mutó en demasía (9,2 en la campaña pasada y 9,3 en la actual).

Con Bolmaro quedaron algunas cosas claras y pocas inciertas. No le tiene miedo a decidir en los grandes escenarios como lo hizo hoy, puede defender a cualquier exterior sin sufrir y no se achica en los cambios con interiores. En ataque todavía hay muchas cosas a mejorar y seguramente ya las resolverá, pero pasó la prueba rotundamente.

Imposible no ilusionarse con aquel atleta innato, que en cada jugada comete un nuevo desacato. De Córdoba al mundo, se llama Leandro Bolmaro y en su cabeza solo hay lugar para un aro y un crecimiento desmesurado. Ojalá se vengan buenas cosas para ese joven alocado y descontracturado. 

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

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