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La vida de los Bulls después de Michael Jordan no fue la misma por dónde se la mire, ya sea por los títulos o por la hegemonía que supo imponer la franquicia en la década del 90. No solo valen los anillos, sino también todo el marketing que generaba tener al mejor jugador del planeta jugando en tu ciudad y sin atisbo alguno de que vaya a solicitar un traspaso, como ocurre ahora a menudo con las estrellas.

Su Majestad colgó las botas en 1998, en lo que refiere a ser un Bulls y desde entonces el ostracismo se apoderó de una franquicia, que más allá de algún que otro buen momento con Derrick Rose, nunca estuvo en posición de llegar nuevamente a una final por el campeonato.

Eddy Curry nació un 5 de diciembre de 1982 en Illinois, estado donde se encuentra la ciudad de Chicago y desde que tiene uso de razón creció viendo como Jordan dominaba la liga con la número 23 roja y el toro como logotipo particular. Su buen pasar en el High School, lo puso como un prospecto listo para la NBA sin pasar por la NCAA (fue elegido en el puesto 4 del Draft del 2001) y hasta se ganó el apodo de Baby Shaq, pavada de presión para un joven que además iba a arribar a la franquicia tres años después del retiro de MJ.

“Cuando llegué a Chicago y comenzamos a jugar los partidos, rápidamente me di cuenta que estábamos viviendo una especie de residuo de lo que dejó de Michael Jordan. Éramos horribles e igualmente teníamos siempre lleno el United Center. Ahí caí en la cuenta que es estadio estaba completo porque principalmente las personas que asistían ya tenían comprados los boletos por adelantado”, recordó Curry.

“Sentí que sí de alguna manera hubiésemos ganado algunos partidos, tal vez sabría como se siente estar en un estadio en ebullición como el de Chicago. Desafortunadamente no hicimos nada hasta el último año que estuve allí”, agregó.

Ese último año de Curry con los Bulls, coincidió con la llegada del Chapu Nocioni al equipo y por consiguiente la primera vez que Chicago llegó a una postemporada tras el retiro de Michael Jordan. Con un gran sprint final, terminaron la fase regular con record de 47-35 y en primera ronda cedieron ante los Wizards por 4-2. Fue rápida la estadía en postemporada aquella vez, pero sin duda que un logro importante, para empezar a olvidar un poco a Michael, aunque claro está, eso jamás pasará.