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Cuando Tim Duncan y los Spurs viajaron a Oakland en 2014 para jugar contra Golden State, se hospedaron en el hotel Claremont Resort Spa Fairmont. Al registrarse y subir a su habitación, Jeff Ayres, compañero de Timmy, notó que habían extraños sonidos en su pasillo.  "Podía escuchar personas en sus habitaciones. Pero cuando llego a mi puerta, mi llave no funciona, pero parece que hay alguien adentro. Sigo probando y no puedo entrar. Así que bajo al lobby y les digo que hay alguien en ese cuarto”, contaba Ayres a San Antonio Express.

Las aterradoras sospechas de Ayres fueron luego confirmadas por el mismo Tim Duncan, quien dijo que escuchó los mismos sonidos en el hotel. Duncan también tuvo problemas para entrar, y cuando pidió que llamaran a la habitación para confirmar, nadie atendía desde el cuarto. Y lo que más asustó a Timmy fue que ni las llaves de los mismos empleados podían abrir esa puerta. El jugador, atemorizado de arriba a abajo, le juró a Ayres que no iba a volver nunca más. 

El hotel embrujado no afectó a los Spurs, ya que lograron derrotar a los Warriors al día siguiente. Sin embargo, semejante alboroto hizo que este resort ganara mucha publicidad, que en principio fue muy benefactora ya que la gente quería ir sólo para confirmar estas sospechas. Aún así, al largo plazo dejó de utilizarse en los equipos NBA, ya que Oklahoma City tuvo un episodio parecido esa misma temporada, y la mala fama generó que ningún otro equipo tomara riesgos innecesarios que los afecten en un juego siguiente. 

Una teoría que duró poco, aunque fue muy cómica, era que los mismos Warriors habían hecho arreglos con el hotel (ya que estaba cerca del estadio y era normal que a veces los equipos fueran allí) para que ateemorizaran a los jugadores rivales, lo que de haberse confirmado, hubiera sido una de las mejores jugadas psicológicas que se vieron en la liga.