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Siempre se recuerda que Luis Scola se tomó un avión desde China para jugar en La Rioja a los 37 años, solo por ser la Selección Argentina. Eso da una pauta de amor por la camiseta y pertenencia que pocos están tan dispuestos a tomar el compromiso. Uno de ellos es, sin dudas, Facundo Campazzo.

El nuevo capitán del seleccionado argentino no ha faltado prácticamente desde su debut en 2012. Desde aquel Sudamericano de Chaco, el cordobés dijo presente en cada torneo y solo no estuvo cada vez que las Ventanas FIBA coincidieron con el calendario NBA y de Euroliga, dado que sus clubes, tanto Real Madrid como Denver y Dallas, no lo permitieron. Y eso que es conocido que el argentino pidió autorización.

Ese nivel de compromiso que se vio ahora, cuando, ante la negativa de la Euroliga de permitirle jugar con Estrella Roja en esa competencia hasta el 28 de febrero, fue el primero en confirmar su presencia. Tal como fue al final de la pasada temporada, cuando se puso al equipo al hombro para triunfar en Venezuela en la Ventana FIBA y luego fue clave en la Americup ganada por el equipo de Pablo Prigioni.

Un sentido de pertenencia que contagia y que seguramente Luis Scola tenga muchísimo que ver en los valores que transmitió de generación en generación. Y más en estos momentos, donde el seleccionado se juega a todo o nada ante Canadá y República Dominicana.