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Canadá es una de las más perjudicadas con esta situación de pandemia en cuanto al deporte profesional. Los conflictos que genera pasar una frontera para disputar un torneo han hecho que tanto el equipo de béisbol (Toronto Blue Jays), como el de fútbol (Toronto FC), se hayan tenido que mudar a Búffalo e East Hartford, respectivamente. Y los Raptors van en ese mismo camino.

La NBA está ahora en una encrucijada que deberá resolver rápido. Demorar el arranque de la 2020/21 para ver si puede llegar a jugar una buena parte del torneo con público, uno de sus factores económicos centrales, con el riesgo de superponerse otra vez a la NFL y que eso redunde en bajas de ratings, además de complicar el calendario de la 2021/22. O empezar el 18 de enero, el día de Martin Luther King, y tratar de terminar en agosto, haciendo 82 partidos de serie regular en menos tiempo, o menos partidos en un período un poco más largo. 

En cualquier caso, los Raptors ya saben que hay un altísimo porcentaje de probabilidades de que deba mudarse todo el año o una parte a los Estados Unidos, y en ese contexto, hay dos ciudades que parten como firmes candidatas, según Yahoo Sports. Una es Seattle, que ya tuvo equipo NBA, mudada a Oklahoma City en su momento, pero tradicional en el básquetbol. La más potable, sin embargo, es Louisville, que tiene un estadio acorde (KFC Yum! Center), también mucha tradición y es potenciado por el ex NBA Junior Bridgeman, el segundo exbasquetbolista más rico de la NBA detrás de Michael Jordan, dueño de centenares de locales de distintas marcas de comida rápida. 

La NBA todavía tiene mil problemas que solucionar antes, pero indudablemente para Toronto es uno de sus principales. Para ellos, la localidad de Louisville aparece más amigable, pero todo dependerá de cómo siga el bendito Covid-19, que a esta altura no hay dudas de que será la tapa de la revista Time como personaje principal del 2020.