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Como si a nosotros nos pidieran calificar a Alfredo Di Stéfano o a Pelé (ni hablar si los requeridos son -40 o -20), para la gran mayoría de los mortales amantes del básquetbol en el mundo, el nombre de Wilt Chamberlain es una leyenda. Y no mucho más que eso. Algunos cuantos sabrán que metió 100 puntos en un partido, otros varios que promedió 50 en una temporada y casi ninguno recordará que además fue 2 veces campeón, 4 veces MVP y 11 veces goleador de la NBA.

Sin embargo, esos números, algunos muy impactantes, esconden quizá su faceta menos valorada. Chamberlain fue el jugador de básquetbol más desequilibrante que haya existido en este planeta. Porque tuvo cosas, hace 60 años, de jugadores de hoy: el atleticismo único con 2.16 metros, versatilidad de movimientos cerca del cesto, una visión del juego como la de un base y talento sin igual. Seguramente, si en esa época hubiese existido el triple, lo hubiera aprendido, porque era un innovador.

De hecho, terminó la temporada 1967/68 con Philadelphia, posiblemente la última de su prime (primer para Wilt, porque sus números siguientes fueron de cualquier superestrella de hoy), con 8.6 asistencias, liderando la NBA en el rubro. Como no había redes sociales ni internet y casi ni televisión, sus hazañas sobrevivieron muy poco. De hecho, no hay registro fílmico del día que anotó los famosos 100 puntos en 1962. Pero no fue lo único que lo perjudicó a futuro.

La NBA tampoco llevaba en ese entonces varios rubros estadísticos, como tapones y robos, con lo cual, en una era donde el triple-doble suena tan común en jóvenes como Doncic o Jokic, Wilt se perdió unas cuantas menciones, ya que atrás era también absolutamente dominante cuidando su cesto. No había físicos como el suyo. Bill Russell, su gran rival en toda su carrera, era un portentoso físico también, bastante más bajo (2.08) y con menos recursos ofensivos. Pero de un lado y del otro, sumados, nadie era como Chamberlain.

Uno de los mitos que quedó de los varios que dejó, ya que era verborrágico y arrogante, fue que durante su carrera consiguió varios cuádruple-dobles e incluso un quíntuple-doble. Obviamente, tampoco quedó registro de ese día, pero algunos aseguran que realmente sí existió, y que ocurrió el 18 de marzo de 1968, casi terminando la serie regular, cuando los Sixers recibieron, cuando no, a Los Angeles Lakers. 

El partido fue un festín casi desde el principio, con Philadelphia sacando 17 en el primer cuarto y 27 en el segundo, para tomárselo luego con calma y terminar ganando 158-128. En esa época, joven lector, jugadores como Chamberlain salían unos minutos...en toda la temporada. Para que tengan una idea: en ese 1967/68, Wilt jugó 46.8 minutos de promedio. Contra los Lakers, obviamente, no salió un segundo y terminó formalmente con 53 puntos (24/29 dobles, 5/10 libres), 32 rebotes y 14 asistencias. 

Sin embargo, gente que acudió al partido y que, como era normal, llevaba sus datos a mano, asegura que esa noche, además, Chamberlain completó la friolera de ¡24 tapones! y 11 recuperos. Chamberlain murió en 1999 siendo muy joven (63 años) y jamás se sabrá si esos rumores de pasillo fueron ciertos o solo ayudaron a alimentar la leyenda. Una leyenda que igual fue gigante.