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Los Celtics se ganaron una vida más en las Finales del Este y evitaron la barrida al vencer en el cuarto juego. Y lo hicieron gracias a una gran reacción en la segunda mitad y un Jayson Tatum que se puso en modo killer. Pero si el equipo de Joe Mazzulla quiere tener esperanzas necesita de su ancho de basto, Jaylen Brown. "No nos dejen ganar uno" dijo el propio jugador, pero necesitará más que palabras para refrendar eso.

Luego de destacadas tareas ante Atlanta y Philadelphia, y una temporada regular donde quedó en el tercer equipo All-NBA, Brown bajó prácticamente todos sus números en estas Finales del Este.

En la primera ronda ante los Hawks tuvo 26.6 puntos, en las Semifinales de Conferencia terminó con 22.8 unidades, y en los cuatro duelos que lleva la serie está en 16.7, con dos de sus producciones más bajas en la actual postemporada en los juegos 2 y 3 ante el Heat.

Su baja confianza en lo que hace mejor, la penetración, está en un bajo 39% de campo y un magro 12% de tres puntos. Los Celtics necesitan a todo el equipo encendido para lograr esta remontada, pero Brown deberá dar el paso al frente y volver a ser la segunda espada, en un plantel que lo necesita como pocas veces.