Basquetplus.com

Pocas veces en la historia se vivió una situación así. Solo es comparable a la llegada de LeBron James a la NBA, cuando siendo estudiante de secundaria, los partidos de su high school se televisaban a nivel nacional y, ya a los 17 años, era el comentario de todos los Estados Unidos. No ocurrió nunca antes ni después, ni con Magic, ni con Jordan ni con Luka Doncic. Hasta ahora. 

Victor Wembanyama es un chico que, si logra soportar la presión que se está generando a su alrededor (y parece bien encaminado en ese aspecto), está destinado a algo distinto. Ya la naturaleza le dio un físico privilegiado (2.20 metros de altura bien repartidos), además de recibir un talento de esos que sobrevuelan este planeta de manera escasa. Juega como un base, corre como un alero y tira como un killer. Con 2.20.

Por eso, hace ya varios años que lo siguen todos. De hecho, fue parte de un equipo de Barcelona en la Minicopa del Rey en el 2018, con 14 años, pero sus padres no quisieron que se fuera a España. Y lo colocaron en el humilde Nanterre (el mismo donde el año pasado jugó Pato Garino). Allí siguió puliendo su juego, hasta que el año pasado dio el salto al ASVEL de Tony Parker en la Euroliga. Extrañamente, pese a que tuvo mucha participación, tras ese año, volvió a un equipo más pequeño, donde tenga menos presión por los resultados y pueda seguir creciendo, fichando por el Levallois, que ni siquiera juega Eurocup. 

La ventaja es que allí lo dirige Vincent Collet, el coach de la selección francesa, que seguirá puliendo su mejora en este año, el último casi seguro en el mundo FIBA para este chico, al que LeBron James describió como "Todo el mundo dice que es un unicornio, pero para mí es un extraterrestre. Nunca he visto a nadie tan alto como él que juegue de manera tan fluida y elegante. Nadie lo ha visto". 

James lo terminó de descubrir en las pasadas semanas, donde Victor jugó 2 partidos amistosos en tierra americana, enfrentándose a otros enormes prospectos, promediando 36.5 puntos (9/18 triples), 7.5 rebotes y 4.5 tapones. 

Todo esto ha llevado a empresas de análisis económico de los Estados Unidos a vaticinar que el equipo que se haga con sus servicios en el próximo draft, donde nadie duda de que será el número 1, incrementará el valor de la franquicia en 500 millones de dólares. Eso ha generado una movida, no confirmada por supuesto, de que en la campaña 2022/23 podríamos ver una buena cantidad de equipos jugando a no ganar para estar en buena posición para la lotería del draft 2023. Incluso, podría generar que se reglamenten situaciones como adelantar la fecha de cambios, para evitar movimientos en esa dirección.

La situación la genera un muchacho de 18 años que tiene una rara habilidad para jugar un deporte donde hay que meter una pelota en un aro que está a 3.05. Y él es de los que lo hace con mucha facilidad. Y puede cambiar la historia.