Peñarol, el equipo feliz de La Feliz
21:00 19/01/2022 | Ganan, gustan y divierten. Los de Mar del Plata encadenan diez victorias consecutivas y están siendo el elenco del momento. Los secretos de su presente.
La Feliz. Se escucha el término en cada balneario, los noticieros y las películas argentinas de casi todas las épocas. Sin embargo, múltiples son las teorías con respecto al nacimiento del emblemático sobrenombre con el que la mayoría conoce a Mar del Plata, y nadie sabe muy bien de dónde proviene.
Una de las versiones pertenece a Enrique de Thomas, quien era un famoso periodista y director de cine de la década del 60 que decidió ponerle ese mote a la ciudad debido al boom de la construcción de las propiedades en la zona, a través de una campaña publicitaria que buscaba fomentar el turismo.
“Una de las pocas ciudades del mundo donde conviven ricos y obreros, en medio de las playas, la arena y numerosos paseos”, decía De Thomas. Y el básquet, a su manera, guarda esa esencia. En la cancha no existen las clases sociales, los colores de piel, la discriminación ni el racismo. Gana el mejor, nadie más que el mejor.
Y en el universo naranja hay un equipo que simboliza todo eso. Es Peñarol y juega en aquella tan mágica ciudad que unos años atrás De Thomas apodó La Feliz. Se divierten, entretienen a los fanáticos y ganan con solidez en el intento. Una fiesta completa, sin impedimentos.
Salir jugando
Como el mar cada día, llegando con movimientos armados y actuando en consecuencia, sin que nadie tenga el balón por mucho tiempo. El portador de balón en el eje, los alas llegando rápido a las esquinas y Phillip Lockett esperando para recibir y alimentar al resto si no hay ventajas inmediatas, así se mueve Peñarol en la 2021/22.
Si no hay puntos rápidos, los tiradores como Tomás Monacchi y Carlos Buemo, y Federico Marín antes de su lesión, son utilizados de anzuelos para que surjan otros espacios, a la vez que siempre se despeja la llave cuando recibe el balón Tevin Glass.
Actualmente Peñarol posee el décimo ritmo (cantidad de posesiones utilizadas por un equipo) más alto de la Liga Nacional (74,2), pero no se apura a la hora de tomar los lanzamientos y a pesar de la vorágine intenta buscar siempre el mejor tiro posible.
Sin tener tantas estrellas, la búsqueda de la eficiencia es palabra mayor y ahora mismo solo Instituto y Quimsa poseen un mejor porcentaje de tiro verdadero (estadística que registra medias en dobles, triples y libres) que los de Mar del Plata (58,3), que también son de los más destacados en lanzamiento efectivo (computa acierto en tiros de dos y tres, con un punto extra para el segundo) con 53,2% (octavos entre los 20 equipos).
Todos para uno y uno para todos, aunque en este caso es todos para todos en ataque. Glass y Al Thorton anotan apenas el 30% del total del conjunto, pero nadie llega siquiera al 20% de ese 100%, lo que denota la buena distribución del goleo.
Balance entre los titulares y la segunda unidad, una libreta de jugadas y movimientos interesante por parte de Leandro Ramella y un balance de veteranos confiables, jóvenes con potencial y extranjeros productivos transforman a la ofensiva de los marplatenses en una de las más peligrosas.
Defensa ordenada
Atrás, como adelante, la planificación es la clave, con formaciones en su mayoría altas en las que, entre los ocho jugadores del plantel que suman al menos 15 minutos de promedio, el más pequeño de altura, Joaquín Valinotti, alcanza los 1,85 metros y esto le permite a Ramella cambiar por momentos en las cortinas, sobre todo en las directas.
Las premisas son claras y la marca seguidor en los picks predomina, junto con los saltos (step) y el fondo (el defensor primario inclina hacia la línea y el grande aguarda hundido) en determinados momentos de cada partido, aprovechando las buenas piernas de los intérpretes a la hora de moverse y desplazarse.
A pesar de eso, el nivel atrás todavía podría ser mejor y hasta el momento Peñarol se posiciona en el puesto 13 en cuanto a rating defensivo (puntos permitidos cada 100 posesiones) con 106,8.
Pero no todo es bajo en ese sentido y los de Ramella son la octava defensa que menos puntos permite a sus rivales (79,2), algo destacable por el ritmo alto que pregonan en cada uno de sus juegos. Cuanto más son las posesiones, mayores las chances de que el otro equipo anote, y es muy meritorio no permitirlo con tanta frecuencia, como sucede en este caso.
¿Puede ser sostenible?
En una competición tan volátil como la Liga Nacional cualquier cosa puede pasar. La paridad es el factor común y todos pueden ganar (o perder) contra todos.
Aún así, y pase lo que pase, Peñarol está demostrando que se puede jugar rápido y bien, con variantes y planificación previa.
La Feliz está feliz. Mar del Plata sonríe y el Polideportivo Islas Malvinas se llena. Mil rayas. Mil sueños.
Ignacio Miranda/ [email protected]
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