Marcelo Nogueira, autor del libro de Najnudel: "Fue como un padre para mí"
21:12 26/11/2021 | Charlamos con el encargado de revivir al gran León en una biografía atrapante, editada por Básquet Plus.
Marcelo Nogueira tiene 59 años y desde siempre es un apasionado por el básquetbol. Y quizá ese fue el gancho que lo unión de por vida con León Najnudel, el hombre que cambió el futuro de nuestro deporte en la Argentina. Najnudel lo "adoptó", y así se armó una relación muy cercana que solo terminó con la muerte del entrenador. Básquet Plus acaba de publicar "León Najnudel, Historia de un adelantado"; escrito por Nogueira, y con él charlamos de este libro.
-¿Qué significó hacer este libro sobre León a partir de la relación que tenías con él?
. Fue revivir un montón de momentos importantes de mi vida, en una etapa profesional de despegue y fortalecimiento dentro del periodismo. Para mí fue una guía, una persona de consulta, más allá de lo que podíamos hablar de básquetbol.
- Tu camada tiene dos tipos parecidos en cuanto a ser una especie de padres-tutores tanto del trabajo como en lo humano, que son León y Osvaldo (Orcasitas).
. Sí, claramente. Y coincide con que son los dos creadores de la Liga Nacional. Desde el punto de vista profesional, Osvaldo era una referencia diaria, y fuera del periodismo también. Y León era un tipo muy involucrado con los medios, tenía conocimiento.
- Y era distinto la llegada o el trato con ellos cuando eras un fanático del básquet.
. Sí, totalmente. Estaban más unidos con los que demostraban tener la misma pasión que ellos. Y que tenían los mismos valores que ellos. Los míos coincidían. Había mucha confianza para hablar de cualquier tema. León igualmente era un tipo que, cuando uno tenía una necesidad profesional, no te cambiaba las cosas. Tenía siempre el mismo discurso, no tenía casete. Era defensor a ultranza de los jugadores. Y en lo privado también.
- Y gran defensor de los clubes.
. Sí, y de los clubes de barrio, porque él se crió en uno de ellos. Como dice Armando Grynberg en el libro, lo el club lo salvó de la calle, que en ese momento era peligrosa. Era mitad de los 60, con dictadura también. León además conocía a los clubes de todo el país, porque recorría mucho la Argentina. Y tenía una gran virtud León, y es que compartía todas sus experiencias. Pero de una manera que te llegaba.
- Eso marca una gran seguridad en sí mismo que tenía.
. Era recontraseguro. Y él te daba cabida. Y el respeto que le tenían. No solo acá sino en el extranjero. Lou Carnesecca, Lolo Sainz. Y no se cortaba solo. Te hacía participar. Te llevaba a cenar o a tomar café con Lolo, con Aíto, con Carnesecca.
- Una vez que te habría la puerta, te daba todo. El tema más difícil era que te la abriera.
. León lo que no toleraba era la traición. Lo ponía muy mal. O gente que dijera una cosa e hiciera otra. Por eso también tenía sus enemigos, pero no lo iban a quebrar, porque tenía mucha espalda y sostenía sus convicciones, en tiempos de bonanza económica, o de no bonanza.
- Te iba a decir. Mucha gente cree que a León le sobraba el dinero, pero no fue así.
. No, para nada. Tuvo épocas de mejores contratos, pero también la gastaba, y en básquet. Viajaba mucho para ver básquet. Y si bien a veces se lo pagaban los clubes, cuando eso no pasaba, los hacía igual. Y por ahí se quedaba un mes en Estados Unidos o Europa. Y la ponía toda él. Era una persona muy generosa. Levantaba mesas de 6,8 personas. Yo nunca pagué una mesa estando él u Osvaldo.
- Hay pocos tipos que se parezcan a León.
. Para mí es una persona irrepetible. Como si te dijera Favaloro. Hay muchos buenos médicos, pero Favaloro hay uno solo. Después hubo muy buenos entrenadores, como Magnano, Hernández o Lamas, pero León es León. En la fundación de ATEBA, en 1972, León hizo incluir la participación de una entrenadora. Mucho antes de que se diera el movimiento femenino. Tenía otra cabeza.
- Aunque hay algunos extremistas en cuanto a su fanatismo por Najnudel, uno lee el libro y hay frases que parecen dichas ayer. Son totalmente actuales. Temas de comunicación y marketing por ejemplo.
. Él da una charla en Bahía Blanca para entrenadores, que fue la más grande en convocatoria de gente de la ciudad, y ahí hay 3 frases de cómo tenía que ser el entrenador que son actuales. A esa charla fue el Oveja, con 18 años. Una charla increíble. Con cosas simples te hacía ver el mundo.
-¿Cómo manejaste el tema de su enfermedad?
. Yo nunca pude aceptar que se iba a morir. Es un tema mío. Lo negaba. Mi hermana se murió hace un año y todavía no me parece que ocurrió. Con León me pasó lo mismo. Yo creía que se iba a curar. Además era un tipo fuerte, tenía solo 57 años... Él sabía que se moría, sobre todo después del autotrasplante de médula, que sale mal. Ahí perdió la esperanza.
- En el libro contás que en un momento él te dijo "flaco, escribime un libro". ¿Cómo fue esa situación?
. Un día que lo fui a visitar al Hospital estábamos charlando y en un momento me lo dice. Yo le contesté que no, que tenía que hacérselo Osvaldo (Orcasitas), pero él insistió. Y ahí empezamos. Después me dí cuenta que me lo pedía también porque sabía que se iba a morir. Entonces me dijo que juntara todas las columnas que él había escrito en distintos medios y además empezamos a grabar algunas charlas. Tuvimos 4 conversaciones. La última, una semana antes de su muerte.
- En el libro vos lo nombrás muy afectivamente a León, contando que fue una especia de padre para vos.
. Es que si uno se pone a hilar finito, eso seguramente influyó. Yo hice casi toda mi vida sin mi viejo, que falleció cuando yo tenía 13 años. Yo lo sentí a León así entonces, y sé que él me tenía mucho afecto también. Aunque nunca me lo dijo. Pero sí personas muy cercanas a él.
- No vamos a spoilear el libro, pero quiero que me cuentes la anécdota de la videocasetera.
. Cada vez que me encontraba con León, me decía "te tenés que comprar una videocasetera", "no podés no tener una videocasetera", y así. Todo el tiempo. Yo estaba recién casado y los aparatos eran carísimo, y encima había que convertirlos de NTSC a PAL para poder ver los casetes en Argentina. Insistió tanto que un día me dijo "andá a verlo a Armando Grynberg y que te venda una en cuotas". No me dejó opción. Lo fui a ver a Armando, al que no conocía cara a cara, le dije que iba de parte de León, y me dijo "llevátela, y me la pagás como puedas". Y así fue. Se la debo haber pagado en 2 o 3 cuotas. A partir de ahí, pasé a ser una persona mejor para León, jaja. La verdad es que me sirvió mucho, porque yo al tiempo empecé en VCC y grababa mucho. Además Armando te la vendía convertida ya.
- Vos seguramente sos de los que ven a León como alguien distinto que excedió el básquet. Cambió al deporte argentino.
. Sí. Mirá, Víctor Lupo, que quizá no es muy conocido pero que fue funcionario en deportes y un estudioso del tema, me contaba que él le decía a León, "vos no sos el mejor entrenador de la Argentina, vos sos el mejor dirigente deportivo de la Argentina". Y León se enojaba porque decía que no, que él era entrenador. Habría que revisar, pero en esa época donde no había managers en la Argentina, él lo hacía. En cada club que fue: reclutamiento de jóvenes, trabajo a largo plazo. En algunos lugares no pudo hacerlo, pero no por él. eran sus convicciones.
-¿Cuánta injerencia le das a León en lo que terminó siendo la Generación Dorada?
. León diría que fue todo mérito de los jugadores y que él no hizo nada, pero la realidad es que él creó una competencia federal que hizo resurgir una cantidad de jugadores que antes no había, para competir entre ellos 8 meses al año. Toda esa camada, salvo por ahí Delfino, se formaron en la Liga Nacional y jugaron al menos una temporada o dos.
- De alguna manera hizo un sembrado anticipado para América, porque más allá de la antigüedad de las competencias de Venezuela o Puerto Rico, la primera gran Liga Nacional fue la de Argentina en Latinoamérica.
. Claro. Yo me acuerdo que a los que consiguieron el bronce en el Mundial U19 de 1991 yo los bauticé "los hijos de la Liga", porque fue la primera que surgió con la Liga. Pero si vas más atrás, Marcelo Milanesio empezó en 1985 con 19 años. No lo conocía nadie en el país, hasta que llegó la Liga. Indudablemente ese desarrollo fue clave para crecer. A eso agregale los extranjeros buenos que venían, etc. Y el paso de muchos después al exterior para continuar su crecimiento. La Liga no solo federalizó el básquet, sino que también la profesionalizó. Los que la jugaban pasaron a dedicarse a esto.
-¿Tenés idea qué sería distinto con León vivo? ¿Tendría un rol importante?
. Y, este es un páis raro. No se respeta a los sabios ni a los viejos. No sabría decírtelo, pero León era tan insistente y estaba varias jugadas adelantado al resto. Era el líder de la manada, entonces tendría que contestarte que sí. León incluso ya estaba en contra de algunas medidas de la AdC a los dos o tres años de empezada la Liga. Siempre se molestaba por las cosas que no se hacían. En un reportaje de 1989 a Solo Básquet, ya decía que había que conocer quién iba a la cancha: cantidad, edad, sexo. Porque pensaba que era un dato importante para vender el producto. ¿Eso no es actual? Porque todavía no se hace, y pasaron 35 años. Él quería reflas que duraran en el tiempo, que no se pusieran por necesidad. Por ejemplo, él estaba a favor de las sociedades anónimas deportivas, como después se impusieron en España, y que acá solo hizo Pepe Sánchez. Salió mal, deportivamente, pero hizo otras cosas para mejorar la calidad de los integrantes de su empresa privada.
- Cuando te dije de hacer el libro te resististe bastante, creo que por cosas que hemos hablado en esta charla. ¿Cuánto fuiste imaginando qué pensaría León de cada parte del libro?
. Todo el tiempo mientras escribí el libro pensaba que no podía fallar. Que no podía errarle a ningún dato porque León lo iba a ver. Todo el tiempo lo sentía cerca, lo escuchaba. Creo que eso también me dio la energía final para hacerlo.
Fabián García / [email protected]
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