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En la memoria del básquet argentino, el torneo Preolímpico 2011 ocupa un lugar especial. En el marco de un Polideportivo Islas Malvinas repleto, Pablo Prigioni protagonizó uno de los mejores partidos de su carrera como jugador. Frente a Venezuela, el entonces base brilló con 20 puntos y una eficacia letal desde la línea de tres, siendo clave para la victoria 111-93 que aseguró la clasificación de Argentina a las semifinales.

Prigioni destacó con un registro de 6 triples sobre 7 intentos, incluyendo una racha de tres consecutivos en el tercer cuarto, cuando Venezuela amenazaba con acercarse. Además, lideró el ataque junto a Manu Ginóbili, quien anotó 26 puntos, en un duelo donde Argentina mostró su poder ofensivo. Sin embargo, el propio equipo reconoció falencias defensivas al permitir 93 puntos, una cifra atípica para un conjunto acostumbrado a la intensidad en ese rubro.

El contexto no hacía más que resaltar la actuación de Prigioni. En un torneo crucial que culminaría con el título para Argentina, el base cordobés fue una pieza vital en la organización del equipo y en la transición rápida de ataque. En su historial completo como jugador albiceleste hubo 5 juegos oficiales ante Venezuela, 3 de ellos victorias. Como entrenador solo se midió una vez ante la Vinotinto, en la Americup de 2022.

Muchas coincidencias entre el duelo de hoy y aquel de hace más de una década, el rival, la localía, la necesitada victoria para clasificar a un torneo, la preocupación por lo defensivo y el nombre clave, Pablo Prigioni.