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Dennis Rodman tras su partida de los Bulls como que perdió el encanto, lo que tan bien hacía en la cancha siendo un jugador de rol, le permitía tapar un poco sus peripecias fuera del rectángulo de juego. Tal es así que tras el tricampeonato con Chicago, el Gusano solo disputó 25 partidos más en la NBA en dos temporadas hasta su retiro y uno su último destino fue Dallas.

Su llegada a Dallas fue una apuesta de Mark Cuban para levantar a su franquicia y darle un salto de calidad a un equipo que quería volver a playoffs después de estar mucho tiempo ausente (más de diez años) y aprovechando la elección de un jovencísimo Dirk Nowitzki para darle una mano en el trabajo sucio.

Rodman como era de esperarse no iba  a llegar a Dallas así nomás, sin tener algún que otro sobresalto. Pero en este caso no fue tanto lo que hizo el ex Chicago, sino que fue su elección de número para aquella temporada, siendo el 69, algo que a la NBA no le cayó en gracia.

La liga vetó ese número por el doble sentido o connotación que tenía el mismo y por ser Rodman el que lo elija y tuvo que cambiar de dorsal escogiendo finalmente el 70. Asimismo, Mark Cuban, que no guarda un recuerdo del paso de Dennis por la franquicia, conserva su camiseta azul con el 69 en su oficina de operaciones.

Dennis Rodman, amalo u ódialo, querelo o déjalo, pero nunca podrás ignorarlo, el vendaval gusano revolucionó Dallas en 12 partidos y Mark Cuban guarda testigo de eso con su camiseta nunca usada, la 69.

 

 

 

 

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