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Emsley A. Laney High School, North Carolina University, los Bulls y los Wizards. La trayectoria de Michael Jordan fue tan gloriosa como reducida y reservada para un puñado de equipos en los que estuvo a lo largo de su carrera. Uno de los mejores de todos los tiempos, ese ícono que transformó a la NBA y al básquet en un juego global.

En medio de ese vanagloriado camino apareció un conjunto que nunca estuvo en los planes y que casi se robó a su Majestad Aérea. Apenas eran cuatro meses y Estudiantes de Madrid deseó tan fuerte tener al 23 que se acercó a romper la utopía.

El hecho se produjo durante el cierre patronal (lockout) de la temporada 1998/99, luego de que los Bulls finalicen una dinastía gigantesca de seis anillos con Michael, Scottie Pippen, Phil Jackson y compañía como grandes abanderados.

Según la revista Gigantes, Estudiantes estaba dispuesto a ofrecerle al escolta un contrato de 12 millones de euros por los cuatro meses restantes de la temporada acb.

Había una interesante opción de bonificación incluida: lecciones de golf privadas con Severiano Ballesteros, un legendario deportista español de la disciplina. Básicamente, se suponía que Jordan se entrenaría con uno de los mejores del país de lunes a viernes y luego jugaría algo de básquet durante los fines de semana.

Adecco Group, que es el segundo mayor proveedor de recursos humanos y una empresa temporal de personal del mundo, aprobó esta inversión de 12 millones desde su sede central de San Francisco, Estados Unidos, y todo estaba encaminado.

Por otro lado, los representantes de Jordan ya estaban valorando la oferta y ambas partes estaban cerca de firmar el acuerdo. Pero el cierre patronal arruinó el contrato, cumpliendo una entelequia antes de que el objetivo Estudiantes se hiciera realidad.

Con esto dicho, Michael optó por no regresar a la NBA y se retiró por segunda vez el 13 de enero de 1999. Un año después de eso, el escolta regresó a la NBA como copropietario y presidente de operaciones de básquet de los Wizards.

Finalmente, el 23 volvió a las canchas a principios de la década del 2000 para jugar con los de la capital y permaneció en la liga durante dos temporadas más antes de su tercera y última retirada.

Pasaron los anillos, la medalla de Oro con Barcelona en 1992 y despidos que no fueron definitivos hasta su periplo con los Wizards.

¿Se imaginan qué hubiera pasado si a su historia se le sumaba algún título con Estudiantes? 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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