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Los primeros años del duelo entre estos gigantes se vió caracterizado por una clara dominación del veterano Robinson sobre el joven O´Neal. Para motivarse y tratar de superar al legendario pívot de San Antonio Shaq inventó una historia, que hasta hace un par de años se tomaba por cierta.

Impulsado por la envidia que le tenía a Robinson por quitarle el foco de atención de la gente de Texas (O´Neal es oriundo de este estado) y por su imagen impoluta, el rumor inventado atacó esta imagen. El rumor se basaba en que cuando O´Neal tenía trece años Robinson se negó a firmarle un autógrafo.

Lo insólito de esta situación es que esta mentira generó una lucha mediática entre Robinson y O´Neal que duró varios años, si bien este último le admitió al primero que esta historia era falsa en los Juegos Olímpicos de 1996 cuando fueron compañeros, la historia siguió sin ser aclarada por muchos años.

Esta conducta no es tan rara en el mundo del deporte, por poner un ejemplo Michael Jordan solía inventar historias para motivarse, la diferencia es que estas historias no se filtraban al público o no de manera tan masiva como la creada por Shaq.

Tal vez lo central de todo esto es que: competir a un nivel tan alto es tan exigente que uno tiene que buscar una ventaja competitiva donde sea, desde tener mancuernas en el baño (como Oberto) hasta inventar historias como Shaq. Lo cierto a fin de cuentas la competencia más difícil es contra uno mismo, como dijo Michael Jordan cuando le preguntaron quién era su rival favorito contra el que jugar: “Yo mismo porque muchas veces tengo que batallar contra mí para seguir exigiéndome, llegas a cierto nivel que tenés que encontrar alguna manera para seguir durante 82 partidos.”