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Pocas franquicias han tenido la chance de contar con dos de los mejores jugadores de la historia en un mismo plantel. Los Ángeles Lakers ha podido disfrutar de eso en varias oportunidades y la más reciente de todas se tradujo en tres campeonatos y un dominio casi absoluto de la competencia. Sin embargo, todo aquello terminó hace exactamente dieciséis años. Un día como hoy pero de 2004, Shaquille O'Neal fue traspasado al Miami Heat luego de enredarse en numerosas polémicas con Kobe Bryant.

Aquella dupla conformada por el pivote y el perimetral había sido capaz de destrozar a las demás franquicias, al punto de que se despachó con un three-peat y entró de lleno en la consideración sobre si eran o no la mejor pareja de todos los tiempos. Pero, como suele decir Shaq, eran dos machos alfa. Y sólo hay lugar para uno en una manada. El constante deseo de la Mamba Negra de ser el líder luego de los tres MVP Finals consecutivos de su compañero, los dardos mediáticos para criticar las falencias del otro y el entendimiento de que ninguno de los dos iba a poder coexistir en un ambiente de ese estilo hizo que ambos tomaran una decisión: debían separarse.

"Estaba atrapado en una conversación que no era cierta, pero que la gente iba a tener. Michael (Jordan) nunca ganó sin Scottie Pippen. Magic (Johnson) nunca ganó sin Kareem Abdul-Jabbar. Lo mismo me iba a pasar a mí. Así que supe que debía irme. Ya estábamos buscando casas y escuelas en Chicago. Incluso se habló de un traspaso", confesó Bryant en una entrevista que los dos se hicieron hace dos años. A pesar de que él lo comprendió primero que nadie, fue O'Neal quien partió hacia nuevos horizontes. Tras caer sorpresivamente en las Finales de 2004 ante los Detroit Pistons, el grandote recaló en el Heat luego de una negociación que envió a Caron Butler, Brian Grant, Lamar Odom, una primera ronda del Draft 2006 y una segunda del de 2007 a Los Ángeles.

El debate tomó otro sentido. La gran pregunta fue: "¿quién ganará más anillos por separado?" El morbo los ubicó en posiciones contrapuestas y el escenario se mantuvo así por un largo tiempo. Las críticas hacia el egoísmo de Kobe no tardaron en aparecer cuando, apenas dos años después de su llegada, Shaq fue una de las piezas más importantes del plantel que le dio a Miami su primer título. Eventualmente, el escolta se las arregló para ganar dos trofeos más con los Lakers e inclinar la balanza a su favor en esa lucha mano a mano. Entre tantos golpes bajos, atrás de tantas comparaciones, queda la que tal vez sea la incógnita más grande en la historia reciente de la NBA: ¿cuántos campeonatos hubieran ganado si jamás se separaban? Un misterio que encontró su fundación un 14 de julio, cuando todo cambió para siempre.