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Inauguramos una nueva sección denominada El Legado, en la que estaremos repasando a los mejores proyectos del básquet argentino, en cada una de sus generaciones, con artículos y entrevistas. En este caso, comenzamos con un pantallazo sobre la clase 1998, con varios chicos que ya tienen protagonismo en sus respectivos equipos.

A la hora de hablar de la Generación 1998, no podemos empezar por otro lado que con el único que ya ha tenido experiencia en la selección mayor: Lautaro Berra. El pivote de Obras ha tenido un progreso muy interesante en el último tiempo y con sus 2,08 de estatura, es uno de los mejores prospectos de internos que tiene el país. Más allá de tener muchas cuestiones lógicas para seguir puliendo, Berra posee varias virtudes que lo posicionan muy bien parado de cara al futuro: su estatura, buena fortaleza física, toque y técnica, además de una personalidad muy madura para su edad.

Berra ya está teniendo minutos en Obras Basket (sale como titular y promedia 10 minutos por juego), en una función básicamente defensiva. Esto será algo muy importante para su desarrollo, teniendo en cuenta que es en ese costado de la cancha donde seguramente deba dar los mayores pasos adelante, sobre todo en términos de producción rebotera.

En términos de roce en la primera categoría, no hay dudas que el referente de la 98 es Facundo Corvalán, quien ve minutos regularmente en Bahía Basket desde hace tres temporadas y titularizó en la 2016/17. En este momento, lo más importante del base de 1,88 llega en el costado defensivo, gracias a su velocidad de piernas e intensidad para presionar al armador rival. En ofensiva todavía debe mejorar en términos de conducción, pero aprovecha su velocidad y buena mano para estar promediando por encima de los 10 puntos en la actual 2017/18, aún cuando solo pasa 22 minutos en cancha.

En términos de potencia física, pocos se destacan más que Leonardo Lema, alero de 2,01. El jugador de Atenas todavía está haciendo la transición completa al perímetro, luego de jugar parte de su carrera juvenil como ala pivote, incluyendo su participación en el último Mundial U19, donde se destapó promediando 10,7 puntos y 7,9 rebotes. El pampeano es sumamente explosivo y con mucha intensidad defensiva, mientras que todavía debe ganar consistencia con su tiro a pie firme y sobre todo, mejorar su manejo de balón. Mirando a futuro, probablemente tenga el techo más alto de este grupo.

La 98 también posee otro perimetral de buena proyección en Bahía Basket: Santiago Vaulet. El escolta de 1,94 todavía está buscando su mejor forma luego de una lesión que lo tuvo alrededor de un año afuera de las canchas, pero cuando está en el tope de sus posibilidades, se trata de un jugador muy potente físicamente y realmente peligroso a la hora de atacar el aro. Si biene debe ganar consistencia en su lanzamiento externo, Vaulet se proyecta como uno de los mejores anotadores de su generación.

Otro de los varios aleros de proyección nacidos en 1998 es Luca Valussi, quien en esta 2017/18 ha comenzado a tener lugar en Obras Basket (titulariza y promedia casi 10 minutos por encuentro). Con su 1,98 de estatura, Valussi es otro perimetral de corte similar a Lema: se destaca desde lo atlético, es fuerte en el costado defensivo y aún está buscando mejorar en lo técnico para dar más en ataque. En su favor, en lo que va de la 2017/18 (sumando Liga y LDD), ha anotado 9 de 15 lanzamientos triples, un área que nunca ha sido su gran fuerte, pero en el que parece estar progresando.

Si de tiro externo hablamos, la 98 tiene dos nombres principales. Uno de ellos es Matías Solanas, quien compensa su falta de gran estatura (1,92) para la posición de escolta, con una mano sensacional y una excelente mecánica de tiro. Solanas viene de convertir 15 de 30 triples en el pasado Mundial U19 y ya tiene algunos minutos en la rotación de San Martín de Corrientes en la Liga Nacional. El otro especialista perimetral de esta generación es Mateo Chiarini (1,88). Más allá de haber perdido algo de lugar en esta 2017/18, el pibe de Atenas demostró todo su poderío anotador en la temporada pasada, promediando 7,6 puntos. ¿A mejorar para ambos? La seguridad en defensa.

Por el lado de los bases, además de Corvalán, lo más interesante viene de la mano de Julián Ruiz (1,92) de La Unión, un jugador muy talentoso y con chances de ser desequilibrante en ofensiva, más allá de tener que progresar marcadamente en la conducción y la toma de decisiones. Por otro lado, también hay que destacar a Tomás Cavallero (1,98) de Boca Juniors, quien si bien juega mayormente como escolta, tiene la capacidad para subir el balón y conducir el ataque. Cavallero no es tan explosivo desde lo atlético, pero es muy bueno técnicamente y posee una interesante mano a larga distancia. Se trata de uno de los jóvenes que más progresó en el último tiempo.

El perímetro de la 98 también aporta dos interesantes valores desde San Lorenzo. El primero de ellos es Leandro Cerminato (2,01), un tres del mismo corte de Lema y Valussi: muy fuerte en lo defensivo, atlético, con gran aporte rebotero, pero todavía buscando su lugar en el costado ofensivo. Lisandro Fernández (1,93), en cambio, no ofrece las mismas garantías en la marca, pero es un anotador natural muy potente, que actualmente promedia alrededor de los 20 puntos en la Liga de Desarrollo.

Por último, los otros dos hombres grandes que se suman a la lista junto a Berra, juegan actualmente en Estados Unidos. El primero de ellos es Santiago Bruera (2,06), quien espera por su debut en Florida Atlantic en la NCAA. El exInstituto es un pivote muy físico, con buen aporte rebotero y defensivo, más allá de no tener tantos recursos anotadores.  En otro proceso de su formación está Maximiliano Andreatta (2,09), un cuatro que combina mucha altura y buena mano para el tiro perimetral, pero que todavía debe avanzar desde lo físico y técnico.