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La Liga 2015/16

El escándalo de San Nicolás: sucedió hace 21 años

02:45 17/12/2015 | Fue un bochorno mayúsculo el sucedido el viernes 16 de diciembre de 1994 entre Regatas y Ferro en San Nicolás. El triste recuerdo.

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Edwards, Beigier, Alexander y Bryant luchan por el rebote antes del escándalo (Foto: Archivo Básquet Plus).
Casualidad o no, ocurrió un 16 de diciembre, pero de 1994, cuando se enfrentaron en San Nicolás el conjunto local de Regatas con Ferro Carril Oeste. Restaban 8m43s para el final del encuentro, cuando el partido finalizó abrutamente por la descalificación de los 24 jugadores, y con el resultado favorable a la visita por 87-71.
 
Del juego en sí no hay mucho que agregar, salvo que Ferro, contra todos los pronósticos porque estaba en el medio de la tabla y jugaba contra el segundo, dominó gran parte del curso estableciendo una clara ventaja en el segmento inicial, más que nada porque a Regatas le costó muchísimo frenar el ataque de su adversario.
 
Hubo mucha fricción y se acumularon las faltas, especialmente en el dueño de casa, pero la más grave de todas fue una intencional (las que hoy se denominan antideportivas) de Marcelo Vildoza (Ferro) a John Devereaux (Regatas). La cosa no pasó a mayores y el encuentro continuó su desarrollo, pero siempre dentro de un clima áspero.
 
Cuando ingresaron al último cuarto se produjo el incidente que ocasionó la suspensión del juego. Vildoza cometió una segunda falta intencional, ésta vez a José Small. Los jugadores de Regatas reaccionaron por la dureza de la infracción, pero no fue ninguno de ellos los que terminaron por encender la mecha, sino Fernando Juárez, el asistente del técnico Pedro Escaraín, quien ingresó al campo para separar a Small, al mismo tiempo que cuestionó a Vildoza, situación que provocó una reacción exagerada de Horacio Beigier.
 
Ante la consulta de los medios, Juárez expresó: "Juro que fui a separar a Small. Fui por afuera de la cancha, lo que sucedió es que cuando volvía para el banco me crucé con Vildoza y le dije que no fuera pelotudo. ¿Con que necesidad hacía esa falta si iban ganando por veinte? Entonces apareció Beigier, me dijo que no tenía nada que hacer y me pegó el empujón. Después todo fue un desastre".
 
El descargo de Beigier fue el siguiente: "Lo que pasó en San Nicolás fue algo muy extraño, nos terminaron escrachando a Trent Edwards y a mi pero no dicen que el asistente de Regatas entró a la cancha y nos puteó a Vildoza y a mi. En ese momento intenté sacarlo, de ninguna manera lo quise agredir, pero hay que tener en cuenta la diferencia física y que él tenía zapatos de suela y como la cancha estaba húmeda se patinó".
 
Al mismo tiempo, y en otro sector de la cancha, más precisamente en el banco visitante, Trent Edwards golpeó violentamente a Claudio Farabello, y a partir de ahí se desató una verdadera batalla campal. Las imágenes mostraron como el mismo Farabello, John Alexander, John Devereaux, Teodoro Michalópulos y Horacio Acastello por Regatas; y Edwards, Sergio López, Fabián Sacchi y Marcelo Laigualda por Ferro, repartían golpes de puño. ¿El resultado? Farabello acabó con dos dientes menos.
 
La exasperación ganó al público, que terminó invadiendo la cancha y agrediendo al jugador Sebastián Tettamanti de Ferro. Cuentan los protagonistas que los espectadores lanzaron pilas, cigarrillos encendidos, piedras, petardos y los escupieron. Sin dudas un hecho bochornoso que acabó con la intervención de la policía, que además de desalojar el recinto, tuvo que escoltar a la delegación de Caballito hasta las afueras de la ciudad.
 
Antes del fallo del Tribunal de Disciplina de la AdC, el dirigente Alfredo Esseverry de Regatas expresó: "Ya no importa saber que provocó todo esto, los jugadores son profesionales y esto puede perjudicar a dos equipos que tienen chances de ir a la A1". Hacía alusión al sistema de competencia que imperaba por entonces en la Liga. Y continuó con su alegato: "Lo que quiero aclarar es que ningún espectador ingresó con la intención de agredir".
 
Obviamente que Miguel Biondo de Ferro Carril Oeste pensaba muy distinto: "Nos tiraron con piedras, pilas y nos escupieron. En esa cancha no hay seguridad. Después de lo ocurrido llegamos a pensar en retirar al equipo de la Liga". En tanto Horacio Beigier manifestó: "Dicen que la gente estaba tranquila pero nos escupieron, nos tiraron petardos y cigarrillos prendidos".
 
Se especuló mucho sobre las sanciones en las horas siguientes, e incluso se llegó a pensar que el resultado se mantendría sin quita de puntos para los involucrados. El partido se jugó un viernes y el fallo se dio a conocer el martes siguiente. Obviamente que la resolución del Tribunal no dejó conformes a ambos protagonistas, especialmente a los de Caballito que se jugaban por ingresar entre los ocho mejores de la competencia.
 
Regatas perdió los puntos y además recibió una multa de 1250 dólares, pero no recibió suspensión de su estadio, algo que fue visto con buenos ojos por sus dirigentes; en tanto Ferro Carril Oeste tampoco sumó, y para colmo de males vio comprometida su posición en la tabla.
 
¿Si fue un fallo ejemplar? a la luz de los acontecimientos y teniendo en cuenta que se trataba de un escándalo de estas proporciones existió bastante justicia, más que nada por la falta de profesionalismo de algunos jugadores. Tal vez se debió aplicar con más severidad la falta de seguridad del estadio de Regatas, como así también el comportamiento de su público.
 
Lamentablemente el partido de San Nicolás no quedará en el recuerdo por el juego en sí mismo, sino por las acciones que resultaron del mismo. Se buscó que no vuelva a ocurrir, pero la adrenalina no conoce de reglamentos, y con el correr de los años se fue manifestando cada vez más en los protagonistas. Una lástima, porque hechos como estos fueron y serán una mancha para la competencia.
 
Roberto Martín
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @robertofmartin

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