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El Sudamericano de Chaco 2012 marcó el punto de partida de Facundo Campazzo con la Selección mayor de Argentina. Con apenas 21 años, el base cordobés ya era una de las grandes figuras de la Liga Nacional con Peñarol de Mar del Plata, equipo con el que conquistó la Liga, el Torneo Súper 8 y la Liga de las Américas en esa temporada. Sin embargo, su salto al combinado nacional lo llevó a una dimensión superior: jugó su primer torneo con la celeste y blanca en casa, se convirtió en pieza clave desde el banco y terminó levantando el trofeo. Con la camiseta número 9, Campazzo dejó en claro que tenía el ADN del seleccionado, con un rendimiento notable que fue mucho más que una simple aparición juvenil.

El debut se dio el 18 de junio ante Colombia, en un Sarmiento de Resistencia colmado. Allí, Campazzo mostró que no le pesaba el escenario: fue el máximo anotador argentino con 20 puntos, además de 4 rebotes y 4 asistencias. A lo largo del torneo, mantuvo una línea de producción sólida, promediando 10.8 puntos, 3.0 asistencias, 2.6 rebotes y 1.6 recuperos en cinco partidos. Fue el segundo máximo anotador del equipo detrás de Leonardo Gutiérrez, que registró 13.0 de promedio. Su impacto se sintió en todos los rubros, con su intensidad defensiva y su velocidad para romper defensas rivales, además de la conducción y lectura de juego que ya insinuaban lo que vendría en su carrera.

En la final contra Venezuela, Argentina impuso condiciones desde el arranque y se quedó con el título tras un contundente 79-56. Campazzo nuevamente brilló, liderando la ofensiva con 15 puntos en 24 minutos. El equipo de Néstor García fue implacable en defensa, dominando los tableros y dejando sin respuestas a un rival que nunca pudo meterse en partido. Con aquel triunfo, la albiceleste recuperó el trofeo que había perdido dos años antes y sumó su 13° título sudamericano de la historia. 

Aquel Sudamericano fue el primero de muchos títulos que Campazzo conseguiría con la Selección. Luego vendrían los Juegos Odesur 2014, los Panamericanos 2019 y la Americup 2022, además de su rol protagónico en el subcampeonato mundial de 2019 y en múltiples Premundiales y FIBA Américas. Pero todo empezó en Chaco, en aquella semana de junio de 2012, donde un joven base con hambre de gloria dio el primer paso en una historia que, más de una década después, sigue escribiéndose con la celeste y blanca.
Pablo Catalá / [email protected] 
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