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El presente de Dallas Mavericks es alarmante: con un récord de 32-31, el equipo que disputó las Finales de la NBA el año pasado se encuentra en la décima posición del Oeste y en riesgo de quedar fuera de los playoffs. La lesión de Kyrie Irving, quien sufrió un desgarro de ligamento cruzado anterior y se perderá el resto de la temporada, ha sido un golpe devastador para un equipo que ya acumulaba derrotas pesadas y anoche cayó ante Milwaukee por una paliza de 137-107 con solo 3 jugadores en el banco de suplente.

Si los Mavs no logran clasificar, se sumarán a una lista exclusiva pero indeseada: en los últimos 25 años, solo cuatro equipos llegaron a las Finales y al año siguiente no entraron a playoffs. El caso más reciente fue Golden State en 2019-20, golpeado por las lesiones de Stephen Curry y Klay Thompson, además de la salida de Kevin Durant. Antes, Cleveland (2018-19) se desplomó tras la partida de LeBron James, igual que los Miami Heat de 2014-15. El caso más emblemático fue el de los Lakers en 2004-05, que se derrumbaron luego del traspaso de Shaquille O’Neal.

El panorama para Dallas es crítico en un Oeste extremadamente competitivo. A pesar de mantenerse en zona de play-in, su margen es mínimo: los Suns, actualmente en el puesto 11, están solo cuatro juegos detrás, mientras que Golden State, sexto en la tabla, se encuentra apenas una victoria arriba. Cualquier tropiezo podría alejarlos definitivamente de la pelea.

La salida de Doncic, la lesión de Anthony Davis recién llegado y ahora la ausencia de Irving complica sus aspiraciones de playoffs y, aún más, de repetir una campaña de éxito. El colapso de Dallas no solo sería histórico por lo rápido del descenso, sino que marcaría otro caso de un finalista que cae en desgracia. Con 19 partidos restantes, el tiempo para revertir la situación se agota y depende de rendimiente excepcionales.