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Mike Jordan era una de las mayores promesas del básquet universitario de Estados Unidos, pero le faltaba el título de la NCAA con su amada Universidad de North Carolina para dar el paso al siguiente nivel. Después de ser elegido como el novato de la temporada, el escolta llevó a su equipo a la final frente a Georgetown, dirigidos por el histórico Dean Smith.

Tuvo promedios de 13.5 puntos y 4.4 rebotes en 34 encuentros. Desde las regionales, donde dejaron en el camino a Ohio State, James Madison, Alabama y Vilanova, North Carolina llegó al Final Four de aquella edición, donde se cruzó con Houston y lo venció por 68 a 63.

Ya en la definición del certamen, con el encuentro ajustado y Georgetown al frente por 62 a 61 a falta de segundos para terminar, todo parecía estar perdido para Jordan. Pero el escolta sacó su estirpe ganadora y clavó un doble largo que le dio la ventaja definitiva a North Carolina, para terminar con una gran defensa y posterior festejo interminable.

Michael recuerda ese momento como bisagra para su carrera: “Ahí nació Michael Jordan. Antes, era Mike, pero la metí y pasé a ser Michael”.