NCAA

La final de la NCAA de 1966, el partido que cambió la historia

08:46 04/04/2023 | Texas Western logró quedarse con el primer y único título de su existencia. Pero lo más importante fue la conformación del equipo, algo inédito hasta el momento.

La final de la NCAA de 1966, el partido que cambió la historia (Getty)

La historia del básquet mundial tiene momentos importantes que marcaron una época o que produjeron cambios trascendentales para el futuro. Uno de los partidos que cambió el futuro del básquet fue la final de la NCAA en 1966.

La discriminación fue un problema social que también tuvo una marcada presencia en el básquet y principalmente en el básquet universitario ya que muchas de las instituciones educativas cerraron sus puertas a los negros. En varias ocasiones trajimos distintas historias sobre este tema.

En 1966 se enfrentaron Texas Western Miners y Kentucky Wildcats. UTEP logró un triunfo histórico por 72-65 logrando así el primer y único campeonato de su existencia y venciendo, nada más y nada menos que a una de las universidades más prestigiosas.

Pero hubo un hecho todavía más importantes y que rompió una barrera incluso hasta cultural. Por primera vez en la historia un equipo de la NCAA presentó un quinteto con cinco jugadores de raza negra, algo nunca visto hasta el momento. Si hubo varios equipos que tuvieron a varios negros en su plantel, pero nunca un quinteto completo.

En la previa era un encuentro que estaba marcado por el racismo, el entrenador de Kentucky, Adolph Rupp, era reconocido por ser racista y había emitido varios comentarios al respecto descalificando a su rival. Pat Riley fue uno de los jugadores del equipo que cayó en la final y confesó que nunca supieron nada de su rival hasta el día del partido.

Fue un acontecimiento nacional, como mencionamos anteriormente, no solo por el plano deportivo sino por la importancia cultural, haciendo mucho hincapié de un enfrentamiento entre un equipo de “blancos” gatos monteses y cinco “negros” mineros. Tuvo transmisión de televisión abierta y una gran cobertura de New York Times.

Don Haskins rompió el molde y pese a todas las críticas, apostó por un quinteto titular y que disputó la mayor cantidad de los minutos, conformado íntegramente por jugadores negros y su apuesta le salió a la perfección. Rupp, luego de caer en la definición, se negó a saludar a sus rivales.

El partido fue tan importante y revelador, que a partir del año siguiente la cantidad de jugadores negros reclutados por las universidades estadounidenses creció considerablemente realizando un cambio fundamental para el futuro del básquet mundial.

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