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El 2 de marzo de 1962 ocurriría un hecho que marcaría un antes y un después en la NBA. Por aquellos tiempos existía un pivote dominador que parecía imbatible abajo del aro y que tenía una facilidad anotadora impresionante. Se jugaba un partido entre Philadelphia Warriors y New York Knicks, los dos equipos ya estaban clasificados y la gente decidió no asistir de manera másiva al espectáculo. De lo que se perdieron.

Las 4.124 personas que dijeron presente en Hersheypark Arena disfrutaron de uno de los momentos más maravillosos de la historia del deporte. Si bien no era algo que soprendía demasiado que Wilt meta puntos por montones, lo que hizo esa noche fue otra cosa. 70 puntos no fue una barrera difícil para Chamberlain ya que lo hizo varias veces, cifras de 80 y 90 nunca pudo anotar, decidió pasar a cosas mayores y metió 100. Si 100, ni más ni menos, como para no restarle espectacularidad a su gesta. 

Elgin Baylor lo había presaiado hace un tiempo, ese muchacho iba a llegar a los 100 en algún momento. Empezó el primer cuarto anotando 23 puntos, haciendo una matematica rápida, Wilt debería mantener una media de 25 tantos por periodo si quería llegar a 100. Tras clavar esa cifra en el asalto inicial no se fue contento al banquillo. Para el descanso había metido 41 puntos y, si bien era una gran cifra, todavía quedaba mucho camino por recorrer.

En el vestuario de los Warriors apareció uno de los mayores gestores de esta historia. Guy Rodgers, jugador de Warriors, pidió que le pasen la pelota a Wilt a ver cuánto podría meter, si supiera lo que se venía. Para el final del tercer cuarto ya había metido 69. Su propio récord estaba en 78, vaya si lo rompería. Los Knicks hicieron todas las defensas posibles para frenar a la bestia pero ya era imposible, a falta de 46 segundos Chamberlain llegó a los 100 puntos. 36 de 63 en tiros de campo y 28 de 32 en tiros libres. 

La declaración de Wilt luego de terrible hazaña es para recalcar: "Si me hubiera dedicado sólo al baloncesto y no hubiera salido la noche anterior, habría llegado a los 140. No fue tan asombroso" aclaró Chamberlain en modo inconformista.

Hoy en día por ahí no parece completamente imposible que esa barrera se vaya a romper. Los tiros cada vez pegan más cerca, aunque es mucho el recorrido que hay que atravesar. Faltan superar los 82 de Kobe, pero es probable que algún día el récord se desmorone. Grandes jugadores como Doncic, Booker y diferentes estrellas en ascenso tienen capacidades anotadoras deslumbrantes que hacen pensar que algún día en donde se den todos los factores, la hazaña sea batida.