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Stephen Curry, estrella de los Warriors, estará fuera de las canchas por al menos una semana debido a una distensión en el isquiotibial izquierdo, sufrida en el primer partido ante los Timberwolves. Aunque no jugará los próximos tres encuentros, Curry participó de la práctica de tiro del equipo y habló con la prensa por primera vez desde la lesión. “Esto es nuevo. Por todo lo que estoy aprendiendo sobre la rapidez con la que se puede recuperar, tiene que haber un proceso de recuperación”, explicó. También fue claro al decir: “No puedes acelerarlo más de lo que te dice (el cuerpo)”.

El base detalló que aún no existe una fecha estimada para su regreso y advirtió sobre lo engañosas que pueden ser este tipo de lesiones. “Sé lo complicados que pueden ser los isquiotibiales, que pueden engañarte y pensar que está curado aunque no sientas nada. Esa zona gris será confusa, sin duda”, señaló. 

El incidente ocurrió durante el segundo cuarto del Juego 1, cuando, tras encestar una flotadora, Steph se tomó la parte posterior del muslo izquierdo y pidió el cambio. Fue rápidamente llevado al vestuario y descartado para el resto del partido. Steve Kerr, entrenador de los Warriors, confesó: “Está destrozado. Obviamente, todos estamos preocupados por Steph, pero es parte del juego. Uno se lesiona y hay que seguir adelante”.

Sin Curry en la cancha, los Warriors deberán apoyarse en su defensa, que ha sido clave en esta postemporada, y buscar nuevas figuras ofensivas. Jugadores como Draymond Green, Buddy Hield y Brandin Podziemski tendrán un rol más protagónico, mientras que Jimmy Butler apunta a liderar la ofensiva. Con el equipo aferrado a su identidad defensiva, la gran incógnita será si Curry podrá volver a tiempo para ayudar en esta serie ante Minnesota.