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Los Pacers lograron otra impresionante remontada en el Juego 1 de las Finales de la NBA ante Oklahoma City Thunder. El equipo de Rick Carlisle perdía por 15 puntos en el último cuarto, pero se mantuvo fiel a su estilo de juego y logró revertir el marcador de la mano deTyrese Haliburton. Con ese tiro, el base anotó su cuarto game-winner en esta postemporada y puso a los Pacers arriba 1-0 en la serie.

Estas victorias agónicas no son casualidad. Los Pacers adoptan intencionalmente un ritmo rápido de juego que busca desgastar a sus rivales física y mentalmente. Según Myles Turner, "en el último cuarto, cuando te atacan en toda la cancha o te cansas un poco, los tiros son mucho más difíciles de encestar". En ese contexto, Indiana obliga a los equipos contrarios a adaptarse a su estilo durante los 48 minutos.

Haliburton ya había explicado esta estrategia en la serie anterior frente a Cleveland: “Salieron, nos presionaron en toda la cancha y jugaron más a nuestro estilo, y al final del partido, estaban cansados”. Esa presión constante, combinada con una rotación profunda, permite que los Pacers mantengan la intensidad sin que sus titulares lleguen exhaustos a los tramos decisivos.

La profundidad del equipo es otra de las claves del éxito. “Nuestra plantilla está diseñada para que todos jueguen de la misma manera”, señaló Haliburton. “No cambiamos nuestra forma de jugar cuando un jugador está fuera. Tenemos muchos jugadores que juegan bien en transición”. Gracias a esta estructura y estilo de juego, Indiana está más cerca que nunca de conquistar su primer campeonato en la historia de la franquicia.