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El draft de la NBA está lleno de decisiones que luego se convierten en arrepentimientos. Para Phoenix Suns, una de las más llamativas ocurrió en 2011, cuando decidieron ignorar a Kawhi Leonard, quien ya destacaba como un defensor dominante en San Diego State. La razón para descartarlo no tuvo tanto que ver con su rendimiento en cancha, sino con un incidente curioso en una entrevista: Leonard sudó excesivamente y, según reportes, eso marcó negativamente su impresión ante los evaluadores de los Suns.

Lance Blanks, entonces gerente general de los Suns, lideraba un equipo de reclutamiento que no incluyó al californiano en sus discusiones para el pick número 13. Según Paul Coro de Arizona Republic, "parte de los puntos en contra para Leonard, más allá de su tiro perimetral, fue lo nervioso que actuó en una entrevista del Draft Combine, donde sudó a través de su traje". La situación resulta aún más desconcertante al considerar que Leonard promediaba 15.5 puntos y lideraba al país en rebotes, consolidándose como una máquina defensiva.

Con Steve Nash y Grant Hill en el roster, los Suns parecían tener las piezas para mantener su competitividad tras alcanzar las Finales de Conferencia en 2010. Sin embargo, priorizaron a Markieff Morris, quien ofrecía solidez pero carecía del potencial transformador de Leonard. En retrospectiva, la incorporación de La Garra podría haber suplido las carencias defensivas de un equipo que terminó entre los siete peores de la liga en esa área durante la temporada 2011-12.

El impacto de esta decisión se reflejó rápidamente. Mientras Kawhi Leonard lideraba a los Spurs al título en 2014 con apenas tres años en la liga y se convertía en un dos veces MVP de Finales, los Suns languidecieron con una sequía de nueve años sin playoffs. Morris, por su parte, se consolidó como un jugador de rol confiable, pero lejos del impacto defensivo y ofensivo que Leonard desarrolló con San Antonio y posteriormente Toronto.