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La noche de ayer será difícil de olvidar para Nikola Jokic. Por lo bueno y también por lo malo. Antes del comienzo del partido recibió el premio al MVP de la temporada rodeado de sus hermanos, lo que fue particularmente emotivo para el Joker. Y luego tuvo una actuación digna del mejor de la temporada. La mala fue que no alcanzó para ganar el partido y achicar la desventaja contra los Suns. 

La planilla de Jokic terminó con 32 puntos (12/23 dobles, 1/6 triples, 5/9 libres), 20 rebotes (10 ofensivos) y 10 asistencias. Un triple doble más en la carrera de Nikola, pero bien particular, ya que en la historia de los playoffs solo dos jugadores habían conseguido un 30+20+10. Y no jugadores cualquiera. 

El primero en lograrlo fue Wilt Chamberlain en 1967, en la primera ronda contra los Cincinnati Royals del gran Oscar Robertson. Los Royals sorprendieron ganando el primer partido, por lo que los Sixers necesitaban ganar sí o sí el segundo para no quedar 0-2. Wilt, que había metido 41 puntos en el primer choque, se despachó en el segundo con 37, más 27 rebotes y 11 asistencias. Philadelphia ganó y luego liquidó la serie 3-1. En el tercer partido, Chamberlain volvió a meter un triple doble escalofriante: 16 puntos, 30 rebotes y 19 asistencias. Los 19 pases gol siguen como récord para un pivote. 

Tres años después, en 1970, le tocó el turno a otro nene: Kareem Abdol-Jabbar. En su primera campaña como profesional, con jóvenes 22 años, 3 días antes de cumplir los 23, hizo de todo contra los Knicks en la segunda ronda de los playoffs, jugando para Milwaukee, pero no bastó. Kareem terminó con 38 puntos, 23 rebotes y 11 asistencias, y su equipo perdió ese juego por 1, 112-111. En el siguiente encuentro, Jabbar hizo otra bestialidad: doble doble pero con 30: 33 puntos y 31 rebotes. Ahora hay un tercer miembro del exclusivo club.