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La NBA tiene estas cosas. Después de pasar la fecha límite de traspasos y no poder incluirlo en ningún trade, los Knicks decidieron que Kemba Walker no juegue más este año para la franquicia neoyorquina, tras acordarlo con el propio jugador. 

Walker, que supo ser un jugador codiciado, se podrá poner a entrenar para la 2022/23, ya que todavía tiene un año más del contrato que firmó originalmente con Charlotte en el 2019 por 4 años y 140 millones de dólares. Walker pasó automáticamente allí a Boston, donde no le fue como se esperaban, por lo que luego fue enviado a OKC, donde nunca jugó. 

Con el Thunder hizo un buyout, pero recibirá de ellos 26.2 millones este año y 27.4 el año próximo. De los Knicks, 8.7 y 9.2, respectivamente, totalizando 35 y 36.5 hasta el final de la 2022/23. Más allá de lo económico, en lo deportivo le fue muy mal, siendo apartado por Tom Thibodeau en noviembre tras los primeros 18 partidos del año.

Volvió a ser parte del roster en diciembre, luego salió, y desde hace algo más de un mes era parte de la rotación, pero ya no lo será más. Seguramente, la dirigencia intentará colocarlo en algún traspaso durante el receso, antes de entrar a su última campaña bajo el presente acuerdo. Este año, Kemba jugó 37 partidos con los Knicks, con promedios de 11.6 puntos y 3.5 asistencias.