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Hace muchos años, décadas, los que conocían bien el juego (sobre todo en Europa, pero también en la NBA) decían que el doble largo era "el tiro del millón de dólares", porque el que lo metía con continuidad, se aseguraba un contrato de ese monto. Era una forma en realidad de darle una valoración alta a un tiro muy buscado, cuando se subvaluaba al lanzamiento de tres puntos. Obviamente, lo del millón surgió cuando todavía no existía el de 3, pero duró mucho tiempo. 

Los grandes goleadores de los últimos 30 años, incluso con el tiro de tres ya asentado, también tuvieron muchos años de recorrido con el dos largo. En la NBA, en el mundo y en Argentina. Veamos: Michael Jordan, Kobe Bryant, Dirk Nowitzki, LeBron James, Dwyane Wade (NBA), y en nuestro país, el número 1, Pichi Campana, por poner el máximo ejemplo. Obviamente, surgieron también tiradores de tres letales en todo el planeta, como Reggie Miller, Petrovic o Juan Espil, pero el tirador de dos largo siempre fue bien visto. Hasta ahora. 

Desde hace algunos pocos años, cuando los algoritmos, las estadísticas avanzadas y los estudiosos del detalle irrumpieron y llegaron a la conclusión de que el dos largo era la peor basura del básquetbol moderno. Entonces la gran mayoría de los tiros se concentró, o de tres, o con bandejas. Este gráfico a continuación es una muestra irrefutable del cambio. Las 200 posiciones de tiro más utilizadas en la 2001/02 y en la 2019/20. Impactante. 



Pues bien. Hoy hay dos jugadores destacadísimos en la NBA que toman el lugar de ser los últimos mohicanos, estandartes del tiro de dos largo, y efectivo. DeMarr DeRozan y Jimmy Butler o no leen los diarios y webs de básquet, o simplemente han encontrado la manera de mantener vivo un tipo de tiro que, para ellos, nunca dejó de ser positivo. Indudablemente, el número uno por diferencia es DeRozan. Butler también utiliza el dos largo más que el triple, pero su fuerte es ir al cesto. Toma tiros más cortos. 



DeRozan no. Y si no, ver esta gráfica de su tiro en la 2021/22, elaborada por Statmuse.com, que muestra dónde y con qué eficacia lanza la actual figura de los Bulls. DeMarr saca ventajas, casi siempre de la misma manera: emparejándose con su defensor, utilizando su cuerpo, y realizando un fadeaway corto, o un giro, para lanzar desde bien alto, con vuelo, haciendo que su tiro sea muy difícil de tapar y, por el contrario, muy propicio para generar faltas. 



La clave en todo esto es, ¿cómo son sus porcentajes? Si tomamos solo los que son fuera de la zona pintada, y dentro de la línea de 3, son muy buenos. En total, 158/340, con un porcentaje del 46.5%. Alguna zona puntual no lo favorece (atacando, el lado izquierdo, de frente, donde tira 12/41), pero las esquinas y el 45 grados del lado derecho, son sus favoritos. ¿Y cómo le va de tres? El porcentaje no es malo (35.2%), pero tira muy poco: 25/71. Esto es: un triple cada casi 5 dobles largos. Impensado en cualquier otro perimetral. 

La cuestión es que DeRozan, que claramente ya difícil que cambie el rango de tiro (aunque muchos lo hicieron cuando se pusieron veteranos), está anotando 25.6 puntos de media (la segunda más alta de su carrera de 13 años en la NBA), los Bulls lideran el Este y Chicago es sensación del torneo. ¿Alguien se animaría a discutirse que está equivocado?