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De los 30 equipos que compiten año a año en la NBA, solo uno logra quedarse con el anillo de campeón, con lo cual se podría decir que es un privilegio para pocos. Casi exclusivo. De hecho hay franquicias que nunca, en la historia, pudieron conseguir un campeonato en la mejor liga del planeta.

Los Angeles Clippers es un caso de una de las franquicias con mucha historia y tradición que la suerte se le hizo esquiva y nunca pudieron conseguir un anillo de campeón. Situación bastante distante de la de su clásico rival, los Lakers.

En la temporada 2019/20, la cual se jugó en formato de burbuja debido a la pandemia del COVID 19, los angelinos tenían un gran equipo liderado Paul George y Kawhi Leonard, pero con varios hombres importantes que los escoltaban: Patrick Beverley, JaMychal Green, Reggie Jackson y Lou Williams, entre otros.

Los Clippers finalizaron segundos en la fase regular, siendo escoltas de los Lakers en la poderosa conferencia Oeste. En la primera llave de los playoffs, los angelinos superaron a Dallas Mavericks por un cómodo 4-2. En semifinales de conferencia se cruzaron con Denver Nuggets y los Clippers estaban 3-1, prácticamente en final de conferencia, pero no pudieron cerrar la serie y cayeron 4-3.

Esta situación generó gran cantidad de críticas hacia los jugadores angelinos, además de muchas dudas para con el equipo de Doc Rivers. Realmente fue una gran sorpresa la derrota de los Clippers porque además de ser los favoritos, estaban jugando en gran nivel. Nadie supo los motivos hasta que, recientemente, Williams contó lo que pasó.

Lou, ganador de tres ocasiones al premio al Mejor Sexto Hombre, confesó que a los 60 días de estar ahí, ya querían irse, estaban cansados y no veían realmente el tesoro al final del camino. Además expresó: “Empezamos a escuchar rumores de que nadie iba a respetar este título, así que levantamos el pie del acelerador”.

Lo demás, es historia conocida: cayeron en semifinales de conferencia ante Denver Nuggets por 4-3, quienes luego fueron superados por los Lakers 4-1. En la final, los angelinos superaron a Miami Heat por 4-2 para coronarse campeones y quedarse con el anillo.