Basquetplus.com

New York Knicks y Houston Rockets estaban disputando las finales de la NBA en 1994. La franquicia de la Gran Manzana había aprovechado el primer retiro de Michael Jordan para vencer a los Bulls y llegar a la definición de la temporada, mientras que los Rockets gozaban del gran momento de Hakeem Olajuwon y buscaban el primer anillo de los dos que lograría el equipo.

La serie estaba igualada en dos juegos por lado y se enfrentaban en el quinto duelo en el Madison Square Garden. Sin embargo, ese partido sería visto solo por los espectadores que se encontraban en el mítico estadio. De hecho, ni siquiera por muchos de ellos, que dejaron de prestarle atención al partido para seguir por las pantallas lo que estaba ocurriendo.

La transmisión del canal de NBC comenzó, pero a los pocos minutos se interrumpió para darle lugar al noticiero, donde se escuchaba el nombre de un deportista icónico de la NFL, OJ Simpson, acusado de ser culpable de un caso de homicidio. A los pocos minutos la pantalla se dividió en dos, de un lado con una persecución entre la policía y la camioneta blanca donde estaba Simpson y del otro el duelo de titanes en la pintura entre Olajuwon y Patrick Ewing.

Así, momentos después, el básquet y la final de la NBA pasaron a un último plano, con veinte autos de la policía y hasta helicópteros en una persecución que duró más de una hora y media y recorrió 80 kilómetros de distancia. El saldo de esto para el canal fueron 95 millones de espectadores a lo largo de todo Estados Unidos. 

Simpson estaba acusado del homicidio de su exesposa, Nicole Brown, y de un camarero, Ronald Lyle Goldman. En lo que fue el juicio con más publicidad de la historia del país, dado que fue televisado por 134 días, el exjugador de fútbol americano fue declarado inocente en 1995.  Sin embargo, las cosas no fueron para bien en la vida de OJ, que cayó en el olvido y los problemas económicos, ya que si bien fue declarado inocente en el juicio penal, lo condenaron a pagar 33 millones de dólares en el juicio civil. En el 2007 fue condenado a 33 años de prisión por robo a mano armada, siendo liberado diez años después.

Al final, los locales ganaron por 91 a 84, pero los campeones terminaron siendo los Rockets, en lo que terminaría siendo una gran serie definida en siete partidos. Sin embargo, ese quinto juego es recordado solo por aquellos que lo vieron en vivo y en directo, con sus propios ojos en el Madison.