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No muchos jugadores han sido comparados con Michael Jordan. Grant Hill fue uno de los pocos que muchos creyeron que era su sucesor al trono. Pero el propio jugador pensó que era una “tontería”, especialmente dada la actuación de Detroit Pistons durante su primer año como novato en la liga.

Hill ingresó a la liga como el tercer pick en el Draft 1994. Y desde el principio, demostró que él era la próxima gran estrella con su talento. Promedió 19,9 puntos, 6,4 rebotes y 5,0 asistencias. Estos números, en un año de novato, gritan futura superestrella por todos lados.  Firmó acuerdos, apareció en comerciales y fue nombrado el próximo Jordan. La NBA estaba desesperada por encontrar al siguiente Mike en ese momento. Para Grant, había un gran problema: los Pistons no ganaban juegos.

“Me sorprendieron porque seguían tratando de convertirme en la cara de la liga. Habíamos ganado 28 juegos, amigo. Ese primer año fue una locura. De repente tenía comerciales, patrocinios. Intentaban llamarme el próximo Jordan. Pensé que era una tontería, pero aproveché eso. No rechacé las ofertas, pero fue difícil porque estábamos perdiendo”, dijo Hill en el podcast All The Smoke.

Se suponía que Grant Hill iba a formar una dinastía en Orlando con Tracy McGrady tras su etapa en Detroit. Pero, por desgracia, pasó más tiempo en el hospital que en la cancha. Cuando estuvo lo suficientemente saludable como para tener una temporada de muchos juegos, T-Mac ya había salido de Orlando, y sus incesantes lesiones jamás lo dejaron alcanzar su grandioso potencial. 

Tuvo que contentarse con pasar por la liga siendo un jugador más de rol. Si bien con el talento de un claro All-Star, el tiempo que pasaba alejado de las canchas lo hizo tener que adoptar menos protagonismo en cada equipo, pese a que cuando se sentía bien mostraba todo su arsenal. Por cómo está construido, sus habilidades y su estilo, se ha dicho siempre que fue "LeBron antes de LeBron" en la liga, a pesar que jamás pudo tener la carrera que debía con todo su talento.