Steve Kerr: el entrenador que mejoró a su propio verdugo
08:46 11/05/2025 | El DT de la dinastía Warrior potenció talentos propios, pero también ajenos. Hoy lo padece en una serie con los Wolves de Edwards, que lo tiene con el filo en el cuello.
Anthony Edwards, hoy verdugo de los Warriors en estos playoffs 2025, vivió una charla fundacional con Steve Kerr antes del draft 2020 que le cambió la carrera. "Si te elegimos con el segundo pick, tenés que ser un gran trabajador. No estás trabajando lo suficientemente duro", le dijo el entrenador tras un workout donde Edwards no pudo completar una rutina habitual de Steph Curry. Aquella crítica no fue castigo: fue una semilla. Edwards llamó a su entrenador personal esa misma noche. La metamorfosis comenzaba.
Cinco años después, con 23 años y en su pico de maduración, Ant está siendo imparable. Viene de meter 36 puntos en el triunfo 102-97 de los Timberwolves ante los Warriors, que les devolvió la ventaja de localía y los dejó 2-1 arriba en la serie. Pero su impacto va más allá del boxscore: en esta postemporada promedia 26.6 puntos, 8.6 rebotes, 5.3 asistencias y 1.5 robos. Y cuando el partido lo pide, se transforma en un híbrido tan peligroso como imposible de defender.
Kerr, que tanto ayudó a forjar el carácter de estrellas como Curry, Thompson o Green, se encuentra ahora en el lado opuesto: víctima de un monstruo que él mismo empujó a despertar. En esa famosa prueba previa al draft, Edwards no soportó la exigencia. “Tenía que correr, tocar la línea y tirar. Cinco veces. Me cansé. Troté. Fallé. No lo pude hacer. Entonces Kerr vino y me dijo: ‘No, hacelo de nuevo’”, relató el jugador sobre aquel momento bisagra.
Hoy, con Minnesota soñando en grande, el chico que fue señalado por “no tener pasión” es un toro competitivo. Su promedio en playoffs (27.5 puntos por partido en su carrera) lo ubica como uno de los mejores anotadores de la era moderna en esa instancia. Más aún, este año llevó su volumen de triples a niveles cercanos a Curry, pero sin perder su potencia física de penetrador, algo que lo hace inclasificable. El líder Wolve está metiendo 2.9 triples por juego en esta postemporada con 38% de efectividad, mientras anota el 65% en la pintura.
Steve Kerr puede estar viendo su obra desde el banco rival. A veces, los mejores maestros no preparan discípulos: preparan amenazas. Y Edwards no solo es el presente feroz de los Wolves: es el espejo incómodo en el que se refleja el futuro que Golden State no pudo elegir.
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