Finales NBA

Draymond Green: el gran provocador que asumió su rol

18:44 17/06/2022 | El líder verbal de los Warriors fue de menos a más y terminó siendo determinante en la consagración de Golden State.

Green con la remera de los Celtics y su propio mensaje

Cuando empezaron las finales de la NBA entre Golden State Warriors y Boston Celtics, una de las discusiones previas era imaginar cómo iban a encarar los Warriors, como equipo experimentado, a unos jóvenes atrevidos Celtics que venían de dar la nota en todas sus series de playoffs, barriendo a los Nets de Durant e Irving 4-0 y luego levantando series en desventaja contra Milwaukee y Miami.

Uno de los primeros en dar una muestra de cómo iban a hacerlo fue Draymond Green, pero pifiando el camino. Green creyó que lo mejor era convertirse de alguna manera en una especia de patrón de la vereda y que lograría intimidar a los de Boston con bravuconadas, golpes y juego físico mal entendido. Tardó varios partidos en darse cuenta que no sería así. Casualmente, los 3 primeros, de los que Golden perdió 2. 

Por su forma de ser descarada, exponiéndose siempre, Green no dijo en público que haría lo que hizo. Porque fue bastante evidente y lógico. Green empezó de a poco a enfocarse más en el juego que en el trash talk, aunque no pudo eliminarlo por completo. No sería él. Y en los últimos 3 partidos fue el líder que los Warriors hubiesen necesitado desde el primer juego: intenso y agresivo, pero sin excesos, pasador, reboteador, controlador del ataque y contagiando confianza. Eso es Green. Encima, anoche, metió dos triples por tercera vez en el año y primera en los playoffs, con lo cual se agrandó mucho más todavía. 

Lo que sí hizo bien de entrada Draymond fue ser el centro del odio rival. Él se puso en el rol de que los hinchas de Boston se la tomaran con él y no con Curry. Pero los insultos y las remeras con Fuck Draymond que se vieron en el juego 3 y 4 fueron un motivador más, inesperado, para el ala pivote. "El Juego 3, simplemente me tomó por sorpresa. Nunca escuché a una multitud entera gritar ‘Fuck you, Draymond’. Eso fue diferente. Y encima jugué regular... pero anoche creo que no lo escuché en todo el partido. Es fácil gritar 'fcuk you' cuando alguien está teniendo un mal juego, pero ¿puedes hacer eso cuando está teniendo un gran juego? No escuché nada anoche. Quizá yo también estaba bloqueado a eso”.

Hace unas semanas, cuando Memphis perdió contra Minnesota el primer partido de local en los playoffs, Ja Morant sacó un viejo video de Jordan donde hablaba de quién es bueno haciendo trash talk. Jordan decía que eso había que hacerlo cuando estabas igualado, o incluso perdiendo. Que era fácil hacerlo cuando vas ganando cómodo. Green es el mejor ejemplo de eso hoy. Dijo en su momento que Boston no sería campeón, estando 1-2 abajo, y se encaró con todos antes del Juego 4, donde las cosas empezaron a cambiar. 

Por eso, lo que hizo post partido no se le puede endilgar que lo haya hecho solo por haber ganado. Draymond es así siempre. Terminado el campeonato, con el anillo en su mano, no dudó en ponerse la remera que marcaba el gran objetivo de Boston (It's all about 18, Todo es acerca del 18, por su título buscado), escribiendo en el cuadro vacío donde iba a estar el 18º título, con fibra: "Nope. Warriors. Quizá en el 2023". Así viajó en el avión de regreso a San Francisco. 

Green fue el alma emocional en el momento que Steph Curry necesitó que la Liga de la Justicia, como dice nuestro analista Diego Vadell, saliera a rescatarlo o, al menos, a acompañarlo en la pelea contra un excelente equipo como Boston. Draymond nunca deja a pie a los suyos y fue el primero en hacerlo, con sus limitaciones. Y cuando ese engranaje encastró, quedó claro quién iba a ser el campeón de esta temporada. 
 

Fabián García / [email protected]

Enviado especial a San Francisco y Boston, Estados Unidos

En Twitter: @basquetplus

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