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Darryn Peterson está teniendo una temporada de ensueño en el básquet colegial y su ascenso en los rankings lo posiciona como una de las mayores promesas de la generación 2007. El escolta de Prolific Prep, quien ya confirmó su compromiso con Kansas para la próxima temporada de NCAA, no deja de impresionar a los analistas con sus números demoledores: 30.4 puntos, 7.1 asistencias por partido y un 44% de efectividad en triples. “Dos victorias en enfrentamientos directos contra AJ Dybantsa hicieron un caso convincente para él como el mejor prospecto NBA en el básquet de secundaria”, afirmó Jonathan Givony, especialista de DraftExpress y ESPN.

Peterson comenzó la temporada como el tercer mejor jugador de la clase 2025 según 247Sports, pero su nivel lo ha catapultado hasta el segundo puesto, con la posibilidad real de superar a Dybantsa, actual número uno y recluta de BYU. Con un récord de 22-2, Prolific Prep ha encontrado en él a su líder absoluto, consolidando su reputación como un anotador implacable y un playmaker capaz de marcar diferencias en la cancha. Su crecimiento ha sido tan impactante que la discusión sobre quién es el mejor talento de su generación ya no tiene una respuesta única.

Dybantsa, con su tamaño, explosividad y versatilidad, sigue siendo visto como un prospecto de elite, pero la progresión de Peterson obliga a los scouts a reconsiderar el orden de la próxima camada (la siguiente a la del famoso Cooper Flagg). Su capacidad para dominar en ofensiva desde el perímetro, sumada a su inteligencia en el juego, lo convierten en un proyecto que encaja a la perfección con las exigencias del básquet moderno. Kansas se aseguró a una joya, pero la verdadera pregunta es si en un futuro cercano también será el primer nombre llamado en el Draft de la NBA.

El 2026 aún parece lejano, pero la evolución de Peterson lo proyecta como una de las primeras opciones para el Draft. Si mantiene este nivel, no solo desafiará a Dybantsa por el primer puesto en la clase 2025, sino que podría ser el próximo gran talento que marque el rumbo del básquet estadounidense. El ascenso de esta nueva perla de Ohio recién comienza, y en la NBA ya empiezan a tomar nota.