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Es conocido ya que las mayores estrellas de la NBA no tienen la intención de ir con Estados Unidos más que a los Juegos Olímpicos. Y eso se ha visto en los últimos años, ya que hace muchísimo tiempo no llevan su plantel más potente a la cita mundial.

Pero para esta edición Steve Kerr y USA Basketball parecen haber entendido que necesitan apoyarse en las jóvenes estrellas NBA, pero que sean lo más adaptables al juego colectivo que se necesita en FIBA. Por ello este equipo no parece ser como el del 2019, lleno de individualidades que nunca pudieron entenderse y terminaron en un magro séptimo lugar.

Entre los 12 elegidos resaltan los nombres de Anthony Edwards, Paolo Banchero y Brandon Ingram. Los tres con un gran potencial ofensivo, pero también con buena contracción a la defensa.

Además, especialistas defensivos como Mikal Bridges, Jaren Jackson Jr, Cam Johnson o Austin Reaves darán más de un dolor de cabeza. También tienen oficio con Bobby Portis y un Walker Kessler que sorprendió en su temporada debut y puede dar mucho.

A diferencia del último torneo en China, tienen tiradores como Tyrese Haliburton, Ingram, Edwards y hasta un Jalen Brunson con una gran capacidad de adaptación. Un equipo de obreros que ponen todo en sus equipos para crecer y que sin dudas darán un paso al frente cuando la bola vuele por los aires en el próximo Mundial.