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Luís Scola llegó a las inferiores de Ferro luego de haber comenzado su historia con el básquet en Ciudad. Su arribo fue en 1993, con edad de pre infantiles y tres años después, un 2 de febrero de 1996, el interno hizo su debut para el conjunto de Caballito en la Liga Nacional, en el mítico Héctor Etchart y ante Deportivo Roca, con Orlando Ferrato como entrenador.

Allí, en la derrota por 113 a 100 de su equipo, Luifa lució el número 4 de su camiseta blanca y erró los dos tiros que intentó en el minuto que estuvo en cancha.  El número fue un homenaje a su padre, Mario, quien contó en el libro El Abanderado que “Era el número que sobraba cuando debuté en Primera”. En esa campaña, la 1995/96, Scola disputó otros tres juegos y convirtió dos dobles y un simple.

Para la temporada siguiente regresó León Najnudel a la dirección técnica y se armó un equipo con varios juveniles destacados, como Martín Budding, Pablo Albertinazzi, Carlos Mainoldi, Leandro González y Diego Lo Grippo, casi todos ellos menores de 20 años. A pesar de las lesiones y que León debió dejar el equipo para pelear por su leucemia, Scola mejoró su participación en el equipo y estuvo presente en 43 encuentros y 13 minutos de promedio por juego, con medias de 5.3 puntos y 2.4 rebotes, con máxima de 20 unidades ante Independiente de Pico, que jugaría la final de la Liga. Además, por si fuera poco, con 16 años fue parte del Juego de las Estrella de 1997 en el duelo de las promesas.

Con ese plantel joven, más las figuras de los extranjeros Groves, Dembo y Amos, Ferro logró llegar hasta semifinales y cayó ante el Boca de Julio Lamas, a la postre campeón de la Liga Nacional. “Era un pibe que jugaba con unas mañas como si llevara 15 años en la liga. Mucha intensidad, muchos recursos ofensivos y apetito por meter puntos. No te podías descuidar un segundo” comentó Fabricio Oberto para El Abanderado.

La 1997/98 fue la confirmación de todas sus condiciones. Jugó más de 20 minutos por encuentro y entre fines de 1997 y principio de 1998 tuvo una racha de 20 partidos consecutivos anotando en doble dígito. Finalizó la campaña con 54 encuentros disputados y dobló sus medias, con 10.4 puntos y 4.8 rebotes por duelo.

A pesar de ser un paso corto por la Liga Nacional, la rápida aparición de Scola en la primera de Ferro fue una confirmación de todas las sensaciones que se tenían sobre él en las inferiores y que luego se conocerían a lo largo de 26 años de carrera.