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Peñarol de Mar del Plata tiene dos grandes momentos en su historia. Uno, claro, a mediados de los 90, 1993/94 para ser más precisos, cuando logró su primer título de Liga Nacional venciendo 4-1 a Independiente de Pico, pese a la desventaja de localía. El otro, todo el período Sergio Hernández-Tulo Rivero, en donde consiguieron otros 4 anillos entre 2009 y 2014, 3 de ellos consecutivos. 

No caeremos en la tentación de decir que este Peñarol actual puede alcanzar la línea de alguno de esos dos momentos, porque no creemos que sea así, pero estadísticamente, al menos, los de Ramella se han metido en la historia grande del club con sus 10 triunfos consecutivos (vigente), octava mejor marca de Peñarol desde que está en la Liga Nacional. 

Roberto Martín hizo este gran trabajo, recopilando las mejores rachas de Peña en su historia, y resulta impactante ver la cantidad de veces que los milrayitas tuvieron procesos exitosos largos. Esta es la octava vez que Peñarol mete rachas de doble dígito, con la máxima de todas en aquel año del primer campeonato (1993/94), cuando clavó 17, cifra que se cortó el recordadísimo día que Diego Maradona fue a verlos al Superdomo ante Atenas, cayendo de local. De ahí que luego, en muchas canchas, les pegaban una foto de Maradona abajo de la banca de suplentes como cábala. 

Esas 17 victorias siguen como récord global de la Liga, igualado con Atenas de Córdoba, que la empató en la temporada 2008/09, y Quimsa, que lo consiguió en la 2014/15. Después, vienen las 12 del equipo de Sergio Hernández en la 2012/13, casualmente la temporada en la que no salieron campeones. Perdieron en semis ante Lanús y no lograron el tetracampeonato. 

Después vienen 5 rachas de 11 partidos. La más antigua, en 1995/96, también con el Che. Ese equipo perdió en cuartos de final. Luego está el de Carlos Romano, que dominó toda la 2000/01, pero se quedó en la final ante Boca. Lo siguen dos de Hernández que sí lograron el título: el de 2009/10 y el de la 2010/11, mientras que cierra el del Tulo Rivero, último que consiguió darle un anillo a Peña en la 2013/14, última de Campazzo con el club. 

Ahora, Leandro Ramella, con un equipo sin figuras, que no generaba expectativas de estar peleando tan arriba, ha logrado la famosa química entre los jugadores, la conexión con los extranjeros, y desplegar una energía extra que marca diferencia con el resto. ¿Puede sostenerla en todo lo que queda del torneo y mantenerse arriba? Bueno, para eso no hay una respuesta posible, pero lo que está claro es que le plantaron cara a todos, ganaron de visitante en canchas difíciles, como Regatas, San Martín y Gimnasia, con lo cual difícil que ahora el plantel no esté con la autoestima por las nubes. 

Mañana tendrá un compromiso duro, como todos, en casa ante San Lorenzo, empezando una seguidilla de 3 partidos de local, siguiendo ante Unión y Boca. Más allá de la racha, si mete estos tres partidos, se habrá establecido en la zona de arriba con firmeza, con buenas chances de pelear hasta el final por un lugar directo en los cuartos de final.