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En 1990, el destino unió a dos de las mentes más brillantes en la historia del básquet argentino: Julio Lamas como entrenador principal y Sergio Oveja Hernández como asistente. Con apenas 26 y 27 años, respectivamente, formaron la dupla técnica que llevó a Sport Club Cañadense a una de las campañas más memorables de la Liga Nacional de Básquet. En su primera experiencia juntos, lograron que el equipo santafesino finalizara primero en la fase regular y alcanzara las finales, un logro que cimentó sus carreras y marcó el inicio de una asociación que años más tarde brillaría con la selección argentina.

Aquel equipo "celeste" era un verdadero conjunto de talento y promesa, con figuras que se convertirían en leyendas del básquet argentino. Diego Maggi, uno de los pilares del juego interior, lideraba junto a Luis Oroño y los extranjeros Michael Wilson y Clarence Hanley. Junto a ellos, el joven Alejandro Montecchia ya daba muestras del crack que sería, mientras Nelio Badaloni, Jorge Epifanio, Gabriel Díaz y Hernán Trentini aportaban profundidad y entrega. Bajo la conducción de Lamas y Hernández, Sport Club dominó la fase regular, cerrándola con una victoria histórica por 102-74 ante Atenas, en Córdoba.

En los playoffs, Sport dejó en el camino a San Andrés y luego arrasó con Independiente de Neuquén en las semifinales, pero la final fue otra historia. Atenas, dirigido por Walter Garrone y con figuras como Marcelo Milanesio, Diego Osella y el Chuzo González, frenó la marcha triunfal del equipo santafesino, ganando la serie 3-0. A pesar de la derrota, el conjunto de Cañada fue considerado el "campeón moral" por su entrega y estilo de juego. La temporada siguiente el equipo llegó a semis tras ser tercero en fase regular y a la siguiente sería noveno, última temporada de Lamas en el banco hasta que le pasó el mando a Oveja para su primera experiencia como DT principal.

Años después, Lamas y Hernández continuarían su legado con la selección argentina, cambiaron de roles más de una vez, logrando títulos sudamericanos y siendo parte de la generación dorada que marcó un antes y un después en el básquet mundial. Sin embargo, su historia conjunta comenzó en esa temporada inolvidable de 1990, donde desde un rincón de Santa Fe demostraron que el trabajo en equipo y la visión estratégica podían hacer historia.