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Argentina vs. Eslovenia
Fecha: Lunes 26/7. Hora: 13:40 en Japón y 1:40 en Argentina.
TV: TyC Sports y TV Pública. Streaming: Marca Claro.
Árbitros: Steven Anderson (EEUU), Yohan Rosso (Francia) y Jung Yu (China Taipei).
Estadio: Saitama Arena (Tokio, Japón).
Historial en JJOO: -.

Cinco años han pasado desde la única e inolvidable experiencia en Río de Janeiro, en 2016. Ese torneo que significó el adiós a una era, simbolizada en Manu Ginóbili y Chapu Nocioni, y el desprendimiento final de una nueva, que había empezado a recorrer su camino un año antes, en México, y que despegaría hasta alcanzar un increíble segundo puesto en el Mundial de China en el 2019. 

La unión, la posta, el legado entre una y otra, como siempre, ha sido Luis Scola, el capitán que esta noche comenzará a desandar seguramente el último torneo con la selección argentina a la que honró cada vez que se puso la camiseta desde aquel Sudamericano de Bahía Blanca, un lejano ya 18 de junio de 1999. Pero nosotros honraremos a Luis también y solo haremos esta mención a su despedida. Ni él ni el resto del equipo quiere que Tokio sea un revival de Río, porque el nuevo camino ya está siendo transitado y lo que se juega es mucho. 

Argentina debuta contra una Eslovenia que, a partir del talento y el carisma de Luka Doncic, se ha convertido en el país con más hinchas de todo el mundo que quieren su éxito. El efecto Luka tiene además un número frío que sorprende: Doncic no perdió ninguno de los 13 partidos oficiales que ha jugado con su selección: los 9 del Eurobasket 2017, en el que salió campeón con 18 años, y los 4 del Repechaje Olímpico en Kaunas el mes pasado, donde hizo un desastre en tierras de Sabonis. 

¿Cómo llega Argentina? Como muchas veces antes, con amistosos en los que probó mucho y no miró demasiado los resultados. Hizo un gran primer partido en Las Vegas ante Australia y luego dos malos juegos ante Nigeria y Estados Unidos. En lo fáctico, es lo único que pudo verse de ellos como grupo. Pero la realidad y la historia marcan que con Argentina no hay que tomar tan al dedillo los amistosos. No se entusiasman en ese contexto. Necesitan los partidos por los puntos, los que exigen carácter, los que se juegan con una pelota más pesada, donde el rival te tiene que mantener la mirada...

Eslovenia no será seguramente el caso en donde baje esa mirada. Los europeos también tienen carácter, pero sobre todo son soldados que van a la guerra atrás de su joven general, en el que tienen una fe ciega. Luka Doncic, con 22 años, no solo domina el juego por talento y fundamentos, sino porque tiene en su cabeza una habilidad especial para saber y entender qué y cómo hacer cada cosa en cada momento. Como una vez sabida, él puede llevarla a cabo, todo se le hace más fácil a él y a Eslovenia. 

Argentina tiene contra ellos ventajas y desventajas. La ventaja es que quizá ningún otro cuerpo técnico de estos Juegos tenga más chances de armar una estrategia con posibilidades de éxito ante el chico de los Mavs. Fue una de las grandes claves de China. Serbia primero y Francia después cayeron en una red de la que no pudieron salir. Obviamente, lo más importante es la ejecución, y Argentina demostró que mantiene ahí el mismo nivel de excelencia que en el plan. Con Doncic, claro, puede fallar. 

La desventaja es que no hay una fórmula que haya quedado demostrada que funciona contra Doncic. Seguramente se encontrará menos cómodo que en la NBA, donde los espacios lo hicieron explotar a niveles inesperados, pero no es una cuestión de elegir entre anular a Doncic o que no juegue el resto. Es probable que ninguna de las dos pueda cumplirse. De todos modos, no hay discusión de que sin Luka, a Eslovenia le cuesta todo muchísimo, por lo que el joven tiene que estar muchos minutos en cancha, siempre.

Argentina tiene varios jugadores con características defensivas que suenan apropiadas (Garino, Bolmaro, Deck), para defenderlo mano a mano, pero todo indica que contra Luka hay que hacer una táctica de equipo, porque es muy hábil para generar cambios defensivos y terminar atacando al defensor que él quiere. Doncic tiene una contra, y es que se fastidia fácil. Campazzo es especialista en fastidiar. Puede haber una buena combinación ahí. Lo que está claro es que contra Doncic no servirá una sola forma de defenderlo, sino varias y diferentes. 

El resto de los compañeros de Luka, porque no juega solo, dieron un salto de calidad en Kaunas. Tuvo un gran ladero en el nacionalizado Mike Tobey, no tan interior en su juego pero con talla y tiro de tres, justo para un generador como Doncic. Tuvo a Cancar y Dragic como anotadores confiables, tirando o yendo al cesto. Tuvo a un Jaka Blazic obrero siempre ayudando en lo que hiciera falta. Y no tuvo en su nivel a Klemen Prepelic, tirador formidable que estuvo impreciso. Pero al que no se puede desestimar. 

Por el lado argentino, el respeto ganado en China hará que haya mayores precauciones de los rivales, pero eso suena a bueno. Es obvio que ya nadie se permitirá subestimar a un equipo que llegó a la final del Mundial invicto jugando a altísimo nivel. Este grupo, además, tiene ahora dos años más de experiencia, roce y competencia de primer nivel. Y tiene a Scola, el tipo que en estos Juegos será un faro para los propios y para los extraños. Cuánto aportará esta vez no se sabe. Su preparación ha sido con la misma seriedad de siempre, con lo cual los resultados difícilmente sean malos. A eso, sacarle lo que el rival oponga. 

En lo individual, los de Hernández arriban a esta cita con la mayoría de sus jugadores en el punto más alto de sus carreras. Campazzo tras un año muy bueno en la NBA, Deck afianzado en Europa y haciendo sus primeras armas en OKC, lo mismo Vildoza. Bolmaro explotando cada día, escalando. Lapro, Brussino, Delía y Vaulet instalados en España e Italia y Garino, en principio, recuperado para volver a ser ese jugador imprescindible, aunque las lesiones lo hayan perseguido de nuevo. ¿Argentina ilusiona? Sí, ilusiona. ¿Puede aspirar a una medalla? Sí, puede. Como 11 de los 12 equipos de este Juego. Es la realidad. 

¿Qué se puede esperar de Argentina? Algunas cosas son sabidas y bien definidas: defender al límite lo más arriba posible para que el rival no juegue cómodo nunca, correr a partir de esa defensa, buscar anotar en los primeros 7/8 segundos, y desarrollar un orden táctico para potenciar virtudes y disimular defectos. El equipo sumó cuerpos jóvenes y fuertes, sobre todo el de Bolmaro (tambén Vaulet, algo menos Cáffaro, aunque utilizable también), y pondrá en cancha todo su arsenal. Seguramente será su mayor poderío. Tener diez y gastar diez en cada partido. No guardarse nada. Su sello.