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De todos los cruces de cuartos de final, el de Estados Unidos y Brasil es el que tiene el resultado más previsible. Los de Steve Kerr pasaron el rodillo en la fase de grupos, mientras que los de Aleksandar Petrovic se metieron entre los ocho como uno de los mejores terceros.

Aún con algún contratiempo ante Serbia y Sudán del Sur, Estados Unidos dominó cuando se enfocó en defensa. En este aspecto es clave el regreso de Jrue Holiday, Derrick White y las presencias interiores de Bam Adebayo, de gran aporte también en la ofensiva, y de Anthony Davis.

En ataque los estadounidenses juegan por concepto y han tenido grandes momentos individuales, con todo pasando por LeBron James, Kevin Durant y Anthony Edwards. Aún no tuvo su gran momento Steph Curry, pero su sola amenaza de tres puntos ya abre defensas. Tampoco hay que desestimar los aportes interiores de Davis y Adebayo, aún con un Joel Embiid que parece estar en su mundo, peleado con los fanáticos franceses y con claros problemas de adaptación al básquet FIBA

Los latinos, por su parte, tuvieron a un Bruno Caboclo imparable ante Japón, pero a pesar de derrotas por poco ante Francia y Alemania, demostraron estar un paso atrás. La irregularidad de su estrella en la pintura fue un punto a tener en cuenta, ya que en los dos primeros juegos salió rápido por faltas. Para este juego ante los nipones recuperó en buen nivel a Raulzinho, que se suma a Marcelinho y a Yago. Además, Leo Meindl y Vitor Benite son las grandes amenazas exteriores. En defensa, los de Petrovic sufrieron en la pintura y ante las diferencias físicas, lo cual también tendrán que suplir ante Estados Unidos.

Fabián García / [email protected]
Enviado especial a París, Francia
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