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La Villa Olímpica es uno de los lugares que los deportistas más disfrutan dentro de lo que son los Juegos. Pueden tener trato con otros atletas de élite y se divierten entre ellos. Uno de los ejemplos más claros es la anécdota que contó el Chapu Nocioni en su momento y ahora rememoró Leo Gutierrez. Una historia en donde el de Marcos Juárez fue vencido por uno de los mejores futbolistas de la historia como Lionel Messi. No perdió con los botines puestos, ni parado sobre el verde cesped, sino que fue vapuleado sentado en una habitación con un joystick en la mano jugando a la PlayStation.

Hablando con Básquet Plus, Guitiérrez comentó el formato de la suerte de torneo que estaban realizando: "El ganador seguía, era de a dos, yo jugaba con Porta. Nosotros ganamos a unos tenistas, no recuerdo quiénes eran. Llega Messi con los chicos de la selección y nos piden si podemos jugar. Terminamos el partido y jugamos contra ellos."

Luego siguió relatando y comentó un par de reglas que no se podían romper y que la pulga rompió: "Había un reglamento interno de la villa, que no se podían gritar los goles, porque se fiscalizaba bastante. Decidimos que no se podían gritar los goles y empezamos a jugar. Empezamos a jugar, el chico elige el Barcelona, que en ese momento con él era imbatible. Me mira Porta y me dice que vamos a agarrar a un italiano que defienda, a un equipo italiano. Agarramos al Inter, tiramos todo para atrás y jugamos el contragolpe al Barcelona. Hasta que mete un gol. Mete el gol y grito: “¡Gol!” y se para. Le pregunte ¿qué haces? El Chapu estaba en la puerta y le decía que el negrito se enojaba y no lo parábamos más. Seguimos jugando, nos meten el segundo, y en el segundo se chocaron una vez las manos y no lo gritan.

Luego destacó que Messi no solo era bueno en el fútbol real sino que también en el virtual. A pesar de que con Chicho Porta quisieron apostar al Catenaccio, no hubo defensa ferrea que parase el nivel del rosarino: "Es la primera vez que veo a un chico que juega tan bien con él mismo. Con él mismo en la PlayStation. Hacía cosas que yo no podía creer. Tocaba los botones y hacía sombrerito, cañito, para acá, para allá. No lo podía creer".