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La NBA es una competencia de élite donde todos sus participantes son atletas de alto rendimiento. En este caso, unos 450. Sin embargo, hay dos que tienen una particularidad muy especial en un deporte que se juega con las manos: les falta un dedo. 

Ellos son Gerald Green y Davis Bertans. La mayor curiosidad de este dato poco común es que ambos les falta el mismo dedo: el anular de la mano derecha. Y en ambos casos fue por accidentes: uno doméstico y el otro basquetbolístico, aunque parezca increíble. 

El letón Bertans, hoy en los Wizards, perdió ese dedo de pequeño, teniendo 13 años, cuando cortando madera con su abuelo, se cortó el anular y le quedó mutilado. Eso no lo privó de ser un extraordinario tirador de tres puntos. Quizá el anular es el dedo que menos injerencia tiene en la forma en la que un lanzador toma un balón para tirar. 

Lo de Green, en Denver ahora, aunque no jugó la burbuja, lesionado, decíamos que era basquetbolístico, porque se arrancó el dedo prácticamente cuando hizo una volcada en un aro que tenía en su casa y se enganchó con un clavo que tenía el soporte del cesto. A ambos jugadores les quedó la parte del anular baja, pero perdieron la parte más utilizada, la superior. Y, ni falta decirlo hace, ambos terminan siendo ejemplos de que, con coraje, muchos obstáculos imprevistos pueden superarse.