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Gianmarco Pozzecco jugaba como ahora dirige. A mil por hora, con ebullición de sus emociones en todo momento, sin freno, sin filtro y sin límites. Por eso la gente lo ama y lo odia, aunque más lo primero, porque haga lo que haga, es sincero, frontal y muy querible. 

Ayer, luego de ser expulsado en la segunda mitad ante Serbia por los octavos de final del Eurobasket, en Berlín, no había forma de controlarlo. Los árbitros le perdonaron la vida más de una vez, pero Pozzecco no les dio otra chance que echarlo. Estaba fuera de sí. 

Por eso, cuando terminó el partido y sus jugadores dieron vuelta el resultado para ganar el partido 94-89, eliminar a uno de los favoritos y pasar a cuartos de final, explotó. En los pasillos se encontró con Giannis Antetokounmpo, que se preparaba para jugar con Grecia frente a República Checa, y se le colgó del cuello, dándole un beso y diciéndole: "Te amo Giannis". Y siguió. 
 

Hay algo más italiano que Pozzecco? pic.twitter.com/kr4LEP1H2j

— basquetplus (@basquetplus) September 11, 2022

Pero no terminó ahí. Después de festejar con sus jugadores en el vestuario, tuvo una idea particular para agasajar a su plantel. Según reveló La Gazzetta dello Sport, Gianmarco le regaló su tarjeta de crédito a los jugadores y dijo: "Pueden hacer lo que quieran con ella para celebrar la victoria ante Serbia". Genio y figura. Ámelo o déjelo.