Chris Paul es uno de los bases más determinantes de la NBA, pero nunca estuvo cerca de conseguir un anillo de campeón. Tras largos años en New Orleans, fue parte del primer proyecto de Los Angeles Clippers con DeAndre Jordan y Blake Griffin y tuvo un último intento con los Rockets de James Harden. En 2011 se le frustró la posibilidad de llegar a los Lakers de Kobe Bryant.
El acuerdo ya estaba hecho para un traspaso a tres bandas dentre los Hornets, Houston y los angelinos. Sin embargo, David Stern, comisionado de la liga, rechazó el intercambio por razones de baloncesto. Lo cierto es que el dirigente tenía la autoridad para cancelar el traspaso porque la franquicia de New Orleans no tenía dueño y era propiedad mayoritaria de la NBA.
Justamente, esa decisión del cominisionado de la NBA cambió el destino de Luis Scola, que tenía las valijas armadas para viajar a New Orleans. Con Chris Paul en los Lakers, los Hornets recibirían al argentino, Lamar Odom, Kevin Martin, Goran Dragic y un pick de primera ronda. A su vez, el español Pau Gasol iría a Houston Rockets.
Particularmente, el punto estuvo en que la liga estaba en la búsqueda de una venta del equipo y perder a su estrella principal no era un negocio rentable para salir al mercado por la caída de su valor.
Fueron 45 minutos de Chris Paul como jugador de Los Angeles Lakers y él mismo contó como fue ese breve lapso de tiempo. "Estabamos pensando en un avión que nos llevara desde New Orleans a Californa. Mi agente dijo que esperemos y comenzó a tartamudear. Teníamos calor. Kobe y yo habíamos hablado mucho. La situación fue un montón", expresó en el podcast Knuckleheads.