Klay Thompson lleva casi dos años sin jugar un partido oficial tras sufrir dos graves lesiones. En pleno proceso de recuperación de un desgarro en el tendón de aquiles, está junto al plantel de Golden State Warriors y aseguró que eso es un alivio tras un duro año por el coronavirus, que no le permitió siquiera acompañarlos.
"El 2020 ha sido probablemente el peor año de mi vida. Es genial estar aquí de nuevo, ya que estar en las instalaciones de los Warriors me hace sentir cariño. La pandemia no ha sido fácil para nadie, y todo el mundo ha tenido sus propios problemas y preocupaciones en 2020, pero para mí fue demasiado", expresó.
Además de el hecho de estar marginado de las canchas, su gran pasión, hubo otros factores importantes que afectaron la salud mental de Thompson en el último año. "La muerte de mi abuela Mary, mi desgarro en el Aquiles, seguir pensando en Kobe cada día… No ha habido un día en que no haya pensado en él y en esa última conversación que no pudimos tener. Ha sido un año muy duro", comentó en conferencia de prensa.
Por otra parte, el escolta de Golden State Warriors contó como fue el momento en el que se produjo su última lesión. "Ocurrió mientras botaba para tirar, una jugada que hago 100 veces al día. Fue una acción desafortunada, nada que pudiese haber preparado o prevenido de ninguna forma. Lleva trabajando día y noche durante 10 meses, y de repente tuve que volver a empezar de cero", expresó.
Thompson no se animó a poner una fecha para su regreso a las pistas, pero planea estar de regreso para los primeros meses de competencia de la próxima temporada: "Absolutamente. Podría ser un par de semanas más tarde, quizás incluso un mes más tarde, pero definitivamente mi regreso se producirá alrededor de la fecha de inicio"