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La historia de los jugadores argentinos en la Liga ACB es sin lugar a dudas exitosa. Nombres como Luis Scola, Andrés Nocioni, Pablo Prigioni, Pepe Sánchez, Walter Herrmann y demás, han conseguido innumerables éxitos... salvo uno. Nadie ganó nunca el MVP en unas finales. 

Este es otro hecho particular, ya que más allá de la gran cantidad de buenos jugadores argentinos que han pasado por España, no han sido tantos, proporcionalmente, los que fueron campeones, por ende tampoco tantos los que aspiraron a ser MVP de finales. 

Por ejemplo, el caso que hubiese sido más claro fue TAU Cerámica 2001/02, que tuvo 5 argentinos y se coronó campeón, pero en esas finales Elmer Bennett la rompió toda y superó por muy poco a los dos grandes candidatos argentinos: Luis Scola y Chapu Nocioni. 

Recién en 2005/06 volvió a darse un campeón con argentinos: Unicaja con Pepe Sánchez y Walter Herrmann, pero el héroe fue Jorge Garbajosa. En la 2007/08, otra vez el TAU Cerámica se coronó campeón, con Pablo Prigioni en el equipo, pero el MVP fue a manos de Pete Mickeal, muy merecidamente por cierto. 

A partir de allí, y más allá del título de Walter Herrmann en 2009/10 con el Baskonia (sin demasiada participación), los títulos ligueros de España se hicieron esquivos para los argentinos, hasta la maravillosa temporada 2014/15, con Nocioni y Campazzo en el Madrid. Ese MVP de las finales, de todos modos, fue a manos de Sergio Llull, que repitió al año siguiente. La última cosecha con jugadores argentinos fue nuevamente el Madrid, el año pasado, pero con el premio al mejor jugador en manos de Rudy Fernández. 

Ayer empezaron las finales 2018/19 entre Madrid y Barcelona y, en el juego 1, Facundo Campazzo dio nuevamente un paso al frente demostrando ser, si no la clave, una de las principales claves del Madrid para buscar el bicampeonato. Si Facundo sigue así, podría aspìrar claramente a quedarse con el MVP de las finales y colocarse como el único argentino en lograrlo. Falta mucho pero, ¿cómo no ilusionarse?